LA FUERZA ROJA EN “PICADA”

Siguiendo el guión de los Castro y los manuales de la clásica doctrina militar –Maduro- lanza dardos envenados por todos lados, para tratar de frenar el desmoronamiento de su desgobieno y fuerzas de apoyo ante la crisis heredada de su “Comandante Supremo” en materia económica, política, social, institucional y sobre todo ética. Por supuesto, esto no lo exime de corresponsabilidades frente al desastre nacional, porque él ha sido desde el inicio de la gestión oficial del “chavecismo” una de las figuras protagónicas e incondicionales del mesías de Sabaneta.

La muerte del caudillo, sin duda, dejó sin habla a los delfines del entorno de confianza por mucho tiempo. Después lo que han hecho es balbucear sobre algunos asuntos trascendentes para el país, pero jamás sin la “pegada” del otrora de la “liga mayor”. Por eso cómo nunca esta tarea política y de direccionalidad estratégica del dizque proceso “revolucionario-socialista”, la asumen con pasión de beatos marxistas y por intereses económicos y geopolíticos los “barbudos” de la Habana. Han avanzado un poco en imponer su modelo de país, pero no lo suficiente por la complejidad de la sociedad y el Estado venezolano. Por ese fuerte arraigo en los venezolanos por los valores y principios democráticos. Y Por esa capacidad inmensa de los nativos para resistir los embates represivos y descalificadores provenientes de la autocracia roja-rojita.

Amén de lo que se siente en el ambiente nacional de posibles estallidos sociales ante la inaguantable situación por la carestía de alimentos. Déficit de dólares para importar medicinas, repuestos e insumos de toda índole. El grave cuadro hiperinflacionario que pulverizó los salarios de los trabajadores. La violencia e inseguridad irrefrenable. La destrucción del aparato productivo nacional. La corrupción y el narcotráfico galopante. El entreguismo descarado de la soberanía nacional ante Cuba y China. El dramatismo colectivo por los apagones y los graves problemas con los servicios de agua y por el deterioro evidente de los servicios públicos de salud, educación, transporte y de un largo etcétera.

Por todo lo anterior, las fuerzas cívico-militares del proceso castrista lucen menguadas en cantidad y calidad, con el añadido del desgaste natural en el poder por más de 14 años. Una muestra de lo dicho: Maduro, Diosdado, Jaua y Ramírez lucen como “bueyes cansados” y hasta señalados por sus propios partidarios de ineptos, corruptos, déspotas, impositivos y de cuestionada credibilidad. La procesión va por dentro y las protestas por descontento social es rutina. En gran parte del territorio nacional van divididos para las elecciones municipales del 8D, con candidaturas disidentes independientes o por miembros del mismo GPP (PCV, MEP…)

Verbigracia los desprendimientos que han sufrido de sus fuerzas de apoyo con la salida de organizaciones nacionales que hoy son opositoras y respaldan a líderes de la talla de Ismael García, Henri Falcón (Lara), Liborio Guarulla (Amazonas), José Albornoz, entre otros. Y no se nos puede olvidar que, en las pasadas elecciones nacionales, Capriles le ganó a Maduro (está en el poder por fraude), porque gran parte de los “chavistas” apoyan ahora de una manera voluntaria y consciente a la opción disidente de Capriles. ¡Qué paradoja de la historia y de la política, porque ahora resulta que la fuerza de cambio de la masa está en movimiento acelerado, consciente y moral (¿constituyente?), pero para dar al traste con esta pesadilla autocrática, militarista y pro cubana…liderada por Maduro y sus enchufados!