¿PLAN MUERTE SEGURA?

Pareciera que los venezolanos han asimilado con creces el contenido de esa inmortal novela del ruso Nikolai Ostrovski, “Así se templó el acero”, para hacer frente con valentía increíble a ese eclipse del modelo autocrático de Gobierno de Maduro, al tratar éste de imponer a lo Jalisco sus fallidos y fracasados planes, como el de “Patria Segura”, en lo relativo al tema de la violencia e inseguridad, que viene azotando al país entero y se transforma en baños de sangre cotidianos y pérdidas incalculables en bienes y propiedades de los ciudadanos.

Una muestra de lo dicho son los habitantes del Estado Sucre que, en un ejercicio claro de velar por el respeto de la soberanía popular contemplada en la actual Constitución Nacional se declararon de hecho en “rebeldía civil”, ante las amenazas frecuentes de perder la vida por las incursiones del hampa y para colmo ¡increíble! de manos de los propios dizque “guardianes del orden” y de la “seguridad ciudadana”. Por eso los nativos de Cumaná y Cariaco (con Paros Cívicos) y más recientemente los de Carúpano (con su tsunami social) -por ejemplo- se hastiaron de contemplar esa especie de paz miserable o de la muerte, con la cual a través de la mentira y la manipulación oficial -la élite que desgobierna- trata de oscurecer ese futuro de hermosos cardúmenes de sueños en libertad, democracia, esperanza y progreso de una vida colectiva diferente y de calidad para todos los nacionales.

Hay muchas dudas sobre las causas de este fenómeno social en Venezuela, pero sí hurgamos en el análisis psico-social, con apego a la variable socio-histórica, determinamos la construcción de la categoría -Autoimagen Negativa- de los venezolanos, referida a la “cultura de la violencia”. Que se remonta a esa herencia de los conquistadores de siglos pasados –según Rufino blanco Fombona- citado por el escritor cumanés, Jesús Torres Rivero, en su obra “La Huella Insondable”, cuando relata de cómo ¨las pasiones, la violencia y el crimen” se conjugaron para que se expresará esa “mentalidad anárquica” de los nacionales.

Así mismo, los ciudadanos podemos identificar a esa actitud de “brazos cruzados y no tan cruzados del “Estado Rojo” ante este fenómeno socio-cultural de la violencia y la inseguridad, al convertirlo en “caldo de cultivo” para expandirlo a niveles inimaginables y sobre todo incontrolable en cada rincón del país. O mejor cuando observamos de cómo ese mismo Estado “va con todo” en eso de la manipulación del “lumpen”, al convertirlo en sujeto social de apoyo al poder dominante del “chavecismo” o del castro-madurismo . De allí que no son inocentes las medidas permanentes de dejar en libertad a miles y miles de malandros, sin cumplir con la rigor técnico-legal que exige cada caso. O al ver a la “fosforito” en plenas labores de comulgar con los pranes para negociaciones mafiosas a trastienda, con claro fines politiqueros.

Sólo que, muchas veces, estos planes maquiavélicos centralistas e inconsultos chocan con los intereses de las comunidades y se producen los rechazos inevitables. El caso de un pueblo de Cariaco rebelado (mediante un Paro Cívico y movilizaciones múltiples) contra un Proyecto de construcción de una cárcel en la zona, obligando –al final al Gobierno- de dejar a un lado dicho proyecto. O cuando la “Sociedad Civil” de la capital de Sucre, Cumaná, convocó a un exitoso Paro Cívico en contra de la violencia y la inseguridad, logrando que voceros al alto gobierno se sentaran con la Dirigencia Civil (organizadora del Paro) a tomar medidas inmediatas.

O lo más reciente con el tsunami de Carúpano, sector de Playa Grande, cuando una poblada enardecida decidió tomar la “administración de justicia” con sus propias manos, al quemar la sede del CICPC y a varios vehículos oficiales. Motivo: funcionarios de ese cuerpo policial asesinaron con alevosía indescriptible, a cuatro pescadores de ese sector por motivos aparentemente insulsos. En fin, a manera de síntesis de este escrito: el Plan del oficialismo rojo, no es “Patria Segura”, sino más bien un “Plan Muerte Segura”. ¡Luchar por un cambio socio-político en Venezuela luce inevitable…eso sí con el concurso de todos!