domingo, 10 de noviembre de 2013

DESESPERACIÓN ANTE DESLAVE DE LA “REVOLUCIÓN BONITA”

Un se imagina esos rostros desencajados de los operadores de la Sala Situacional de Miraflores al tener que informarle al ilegítimo de dudosa nacionalidad sobre los bajones increíbles e irrefrenables de las cifras de apoyo electoral a la dizque “revolución bonita”, ayudados por la sazón que le ponen las rupturas con el centralismo autocrático proveniente de actores de los niveles regionales y locales afectos por la imposición ajuro de candidaturas para los comicios municipales del 8D. Y por supuesto por la desacertadas medidas económicas de la élite de poder castro-madurista que incendiaron, sin duda, la pradera del descontento popular. Todas las encuestas de opinión realizadas hasta la fecha reflejan el deslave del apoyo popular y electoral a la “revolución bonita”, para desdicha de los delfines mediocres del fallecido “comandante supremo” y para encender las alarmas de la referida “Sala Situacional”.

¿Qué hacer? Era la interrogante obligada de los diversos escenarios que le colocaron al desesperado de Palacio y al “tenientico” boliburgués de “El Furrial”, porque el Ramírez de Pdvsa ya resolvió su futuro al ser incorporado a la lista de los grandes “pudrimillonarios del mundo” y el “Jau-jau” como siempre en la luna en los asuntos de Cancillería, sólo se ocupa de manejar los reales de Corpo-Miranda y de hacer perversidades a lo Chucky para tratar de restarle apoyo electoral a un Capriles sobrado en territorio Mirandino y a nivel nacional. Y de allí debió haber surgido la brillante idea o de esas locuras medio aprendidas del caudillo de Sabaneta de incitar a los saqueos de tiendas determinadas, para intentar a lo Robín Hodd, granjearse alguna simpatía o atenuar la arrechera social de los descamisados que, cuan tsunami recorre a la Patria de Bolívar.

Muestras inocultables de ese descontento son los llamados “micro-sismos sociales” ocurridos en Cumaná, Cariaco, Carúpano, Upata, entre otros y porque en las concentraciones de protesta convocadas por la Sociedad Civil, sin liderazgo alguno, las plazas de la República se plenaron de participación ciudadana para exigir la renuncia del ilegítimo de Miraflores y para expresar su descontento ante el rumbo incierto de la nación o mejor ante el desastre y caos nacional que se evidencia en todos los órdenes del acontecer nacional.

En materia económica (escasez, hiperinflación, devaluación monetaria, endeudamiento astronómico). Lo social (crecimiento de la pobreza. inseguridad, deterioro de la atención en salud, pésimos servicios públicos, devaluación y escamoteo del salario y beneficios de ley de los trabajadores…). Lo político-institucional (poderes públicos confiscados y al servicio de una casta cuestionada cívico-militar, sin Estado de derecho y justicia y sobre todo por la aborrecible dependencia a los dictámenes del régimen Castro-cubano). Lo ético-moral (corrupción, derroche “saudita”, clientelismo grosero, control mediático, mafias del narco-tráfico y el enriquecimiento obsceno de conocidas figuras del “chavecismo-madurismo”).

El cambio ante este panorama sombrío luce indetenible y las grandes mayorías nacionales ya lo han hecho su consigna de lucha… ¡las movilizaciones y la organización popular tendrán que ocupar la escena privilegiada de la urgencia del momento!…¡un futuro democrático, de libertad, de progreso y bienestar ya comienza a motivar el alma nacional! ¡Nada ni nadie nos detendrá!

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