domingo, 27 de abril de 2014

LOS “PICAPIEDRAS” DE LA HABANA Y MIRAFLORES

Sólo basta recorrer, ver las imágenes fotográficas o revisar testimonios de ciudadanos comunes en cualquier ciudad, pueblo o caserío de Cuba y Venezuela, con el ojo crítico de indagar un poco más sobre la realidad de las cosas, para uno darse cuenta que algo muy grave y dramático ha ocurrido con el modelo emblemático del cacareado “Socialismo del Siglo XXI” o del “Mar de la Felicidad”. Parecen hoy dos caricaturas de países arrasados por tsunamis, terremotos o sometidos al infierno de guerras terriblemente cruentas. La ruina, miseria, pobreza y desesperanza observada y analizada muestra que, del pregonado “salto revolucionario” hacia adelante, muy por el contrario, estas dos naciones controversiales de América Latina, marchan aceleradamente hacia la “era de los picapiedras”, al contrastarlas con un sinnúmero de países del mundo capitalista o de los que en el presente transitan (hace ya muchos años) desde el paradigma del “Socialismo Real” al “Capitalismo de Estado” (Rusia, China, Vietnam…). ¡No han querido aprender la lección de la caída del muro de Berlín y posteriormente del otrora bloque soviético!

Los regímenes de Cuba y Venezuela, se ampararon en el viejo y fracasado concepto del “totalitarismo de Estado” y se ataron al mesianismo de caudillos (Fidel y Chávez), para imponer sus decisiones trascendentes sobre el rumbo de sus desgobiernos en materia económica, política, institucional, militar, social y lo mediático, cultural e ideológico. Amén de acogerse a “banderas” de permanentes conflictos socio-ideopolíticos y geopolíticos a través del manejo hábil de un trasnochado “nacionalismo” y “antiimperialismo” a ultranza, para tapar sus sinvergüencerías de privilegiar a élites para la corrupción y, amasar capitales para amigos y familiares de forma ilícita con las tetas de los “petrodólares”, en desmedro de las mayorías nacionales. La represión bestial criminal contra disidentes, luchadores sociales y población civil que protesta, es el muro de contención que utilizan para tratar de aplacar el desbordamiento frecuente de la ira popular ante sus desmanes inaceptables.

La escasez de los productos básicos, la hiperinflación y el desempleo creciente son las aristas trágicas en el rostro del “totalitarismo Venecubano”, los cuales junto a las colas interminables de la sobrevivencia y las tarjetas de racionamiento reflejan con creces el infierno luciferino del acercamiento vertiginoso hacia el salto atrás de la era de “Trucutú”. Verbigracia la pobreza a cuesta de millones y millones de ciudadanos sometidos a los apagones constantes del servicio eléctrico, escasez de los servicios de agua y cloacas; o viviendo entre el caos del transporte público, refugios miserables por falta de vivienda o entre la basura, porque el servicio de aseo urbano casi nunca funciona. Con la añadidura de la hampa asesina desbordada, dónde casi nadie sabe distinguir entre la que lleva uniforme o la que se encuentra sin éste.

Requerimos ver la luz del túnel hacia un modelo de Estado y sociedad democráticos, que nos coloque en un escenario de excelencia en el campo de la justicia, Estado de derecho, progreso y bienestar integral; en parangón con los demás países civilizados del mundo. ¡Fidel, Raúl, Maduro y Diosdado siguen en la era de los “picapiedras”… ese camino jamás será nuestra destino! ¡Despertemos todos!

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