jueves, 20 de noviembre de 2014

¡DERRUMBE ECONÓMICO, SOCIAL Y ÉTICO!

Gigantescos recursos han sido destinados por el desgobierno de Maduro para la propaganda mediática, para hacernos creer que vivimos el “mundo feliz” del “Socialismo del Siglo XXI”. Y una porción de la población es engañada por estas mentiras repetidas, millones y millones de veces por los medios de comunicación del Estado y la publicidad pagada a medios privados. Pero la realidad es inocultable y, el sol no se puede tapar con el dedo del totalitarismo “militarista” de Estado, de claro perfil cubano en Venezuela. El derrumbe económico, social, institucional y ético del país avanza a “paso de vencedores”, junto al sufrimiento humano terrible, especialmente de los más pobres.

El engaño propagandístico de una supuesta “guerra económica” del “imperio del norte” se destroza así mismo con la imposición del modelo fracasado “castrista” de monopolizar la economía en manos del Estado, de ser dueño y señor de empresas y comercios; es decir de pretenden manejar la oferta y demanda de bienes y servicios básicos a su conveniencia y discrecionalidad, para liquidar –como vociferan con su paja retórica- al dizque “capitalismo neoliberal”. La paradoja es revertida hasta por ellos mismos, cuando se han visto obligados -a mendigarles a las transnacionales en estos días- para que inviertan en Cuba y Venezuela ante la gravedad de la profunda e inocultable crisis económica que padecen (escasez, hiperinflación, devaluaciones monetarias, quiebra del aparato productivo nacional y caída precios del petróleo).

La crisis social, entonces, es una consecuencia del desastre económico del modelo cubano fallido copiado por Chávez y ahora por Maduro. La población sufre en el presente un aumento considerable de los índices de pobreza. La mendicidad brota con más fuerza en cada rincón del país. Las enfermedades asociadas a la pobreza azotan como nunca al cuerpo colectivo de los más necesitados (dengue, chikungunya, malaria, tuberculosis, desnutrición y la violencia social). El cierre impositivo de empresas o el bajón de Santamaría por falta de dólares para reponer inventarios es el pan de cada día y, deja en la calle a miles y miles de trabajadores sin empleo. La escasez de productos básicos y medicinas mantiene en gigantescas colas a millones de venezolanos desesperados. El deterioro de los salarios, por la indetenible inflación, sólo es paliado por una miserable compensación del 15% del salario, mientras a los militares de la incondicionalidad, les aumentaron en un 90% los sueldos este año. Amén del grave deterioro de los servicios públicos, que mantiene en protesta social permanente a millones de venezolanos “indignados”. El clima de inseguridad convirtió en paranoica a casi toda la población del país, exceptuando a la élite privilegiada de enchufados. Los estallidos sociales están a la vuelta de la esquina, cómo esos volcanes en plena erupción.

La ética pública también se derrumbó y cae estrepitosamente en el vacío de un abismo sin fin. El “excremento del diablo” ha servido a los pillos del poder del Estado para ensuciar a vastos sectores de la población en conductas delictivas y, así tener el pretexto para esclavizarlos. Verbigracia que lo delictual en la élite de poder que desgobierna, es consustancial con su naturaleza social. No hay componente del Estado totalitario en Venezuela, que se encuentre al margen de las conductas corruptas y de las mafias de la antiética y la inmoralidad. Los “guisos” con los recursos públicos forman parte de lo cotidiano y, la competencia es por quién es más ladrón que el otro. Los entes encargados de velar por la pulcritud en la administración de los recursos públicos, se hacen los locos o están integrados a las bandas de la delincuencia, cuyos grandes botines acumulados colocan a los famosos “piratas de mar” de las películas, en simples niños de pecho.

En esta podrida Dinamarca… el pueblo no se quedará cruzado de brazos mirando sólo el final de esta tragedia… ¡No!, luchará con todas sus fuerzas, bajo el brillo esperanzador de los poemas inmortales de Neruda: “Divididos serán los pesares: el alma/ dará un golpe de viento, y la morada/ quedará limpia con el pan fresco en la mesa”

No hay comentarios:

Publicar un comentario