viernes, 7 de noviembre de 2014

¡NI ALIMENTOS, NI VIDA, NI SOBERANÍA…!

Los Castros han sido grandes maestros en eso de aprovecharse de la historia a su conveniencia, construcción simbólica de mitos o héroes, especialmente de caudillos militares…Chávez fue un discípulo aventajado en lo mismo y, Maduro y demás acólitos sólo repiten como loros los guiones escritos al respecto, de sus amos ideopolíticos de la Habana. Así, por un supuesto “amor a la Patria” y acompañados de una rimbombante retórica “antiimperialista” destruyen y arruinan al país y, se alejan cada día de los estándares e indicadores socioeconómicos aceptables universalmente de progreso y bienestar humano. Muy por el contrario del discurso mediático cotidiano de la manipulación y la mentira desde Miraflores, decenas de miles de los ciudadanos de a pie, reclaman en las calles o en las colas desesperadas de la pobreza por alimentos, medicinas, salud, seguridad, educación, electricidad, agua, viviendas…

La imagen que presentamos los nacionales ante el mundo es profundamente negativa, de pérdida de la “identidad nacional”, de un comportamiento típico de una República colonizada o neocolonizada por otro país, sin duda por el régimen cubano. En sectores de la población (afectos al régimen) se está asumiendo la ideología de la dependencia hacia la Cuba de los Castros, inducida desde la cúspide del poder por los entreguistas de Palacio. Con el “Proyecto Venecuba” se está inyectando el veneno sociopolítico e ideológico del sometimiento a nombre de la construcción de una supuesta “Gran patria”, que no es más que una nueva forma de esclavitud, al símil de la situación de explotación, miseria y pobreza en que vive toda la población cubana, desde hace 56 años.

A los venezolanos se les está aplicando las mismas formas de sometimiento “cubanoide” (racionamiento de alimentos, medicinas y otros rubros; colas de la escasez, dificultad para viajar al exterior, adoctrinamiento ideopolitico en escuelas, liceos y universidades; autocensura y censura de los medios de comunicación independientes; persecución, represión, torturas, cárcel y hostigamiento a los disidentes; expropiación de empresas y comercios de perfil privado y, un largo etcétera). Tampoco es casual la presencia de aviones en tierra venezolana, cuyos pasajeros son los famosos “santeros” y “babalaos” cubanos, que cumplen funciones socioantropológicas para intentar sustituir ese marco de creencias religiosas ancestrales cristianas de los nacionales.

Lo Venezolanos, independientemente, de la postura política necesitamos, como lo predica la poesía parafraseada de Neruda, de levantarnos, de sacudirnos de los brazos opresores del “caudillismo militaroide”…“Debemos irnos adelante, ruedas, naves, campanas, aviones acerados por el diurno infinito/…Vamos, levántate…sin más que trasmigrar hacia el polen lejano,/ a pueblos lancinantes de harapos y gardenias/gobernados por pobres monarcas sin zapatos./(…)Que de la oscuridad salió como un cuchillo/ y antes de que supiéramos, sabía:/ vio el humo y decidió que venía del fuego/

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