sábado, 12 de septiembre de 2015

¡SENTADO SOBRE LAS BAYONETAS!

No se puede pedir peras al olmo, al pretender que Maduro pueda tener una fugaz lucidez de darle la vuelta a la tortilla, con un cambio radical al modelo socioeconómico y político que se ha impuesto progresivamente en Venezuela, con el apoyo incondicional de los amos de las bayonetas de Cuba y los de acá. Con las cuales apuntan, sin contemplaciones, a la cabeza de los ciudadanos que osen disentir del actual régimen totalitario. A los tortazos aprendió algunas cosas del fallecido caudillo, quién con habilidad pasmosa, hizo y deshizo en esta Venezuela, que –sin duda- sufre más en carne propia la maldición de Sísifo, con el hombre empírico de dudosa nacionalidad de Miraflores, que hoy se encuentra sentado sobre las bayonetas.

Sí viviera Talleyrand, un estadista, diplomático, político y de una inteligencia sin igual de la época de Napoleón, se reiría a carcajada al ver con asombro a Maduro sentado sobre las bayonetas para a duras penas permanecer en el poder, hasta que el cuerpo de la soledad política aguante (¿O hasta el 2006, como lo predice el ex -asesor de Chávez el sociólogo de origen alemán, Heinz Dieterich?). Porque Talleyran, lo sentenciaba y advertía a cada rato, para referirse a los errores políticos de Napoleón a quién él asesoraba: “la bayonetas sirven para todo, menos para sentarse sobre ellas”.

No se conoce modelo sociopolítico totalitario y militarista alguno que haya sobrevivido a situaciones tan críticas y graves como la venezolana en la actualidad: la “tormenta perfecta”- la han bautizado los entendidos en la materia ante el hundimiento absoluto de la economía nacional (quiebra del aparato productivo nacional, devaluaciones sucesivas y abismales de la moneda nacional ante el dólar, hiperinflación galopante, déficit de dólares para importaciones, escasez grave de alimentos, medicinas y rubros básicos; bajón de los precios del petróleo, endeudamiento atroz con China a cambio de petróleo a futuro; caída drástica de las reservas nacionales…). Es decir, el uso de las bayonetas para apagar los posibles estallidos sociales, el hambre colectiva y la desesperación de la gente; resultaría -a todas luces- insuficiente, a no ser que se pretenda superar en hazañas genocidas y criminales al otrora Hitler alemán o al Pinochet de Chile.

Las estrategias de distracción del foco central de la crisis con la buscadera de pleitos fronterizos con Guyana y Colombia. O la de incentivar a cada momento que fluya un supuesto sentimiento nacionalista y anti-imperial contra los EEUU, no han dado los resultados políticos debidos, porque hay un despertar de la conciencia de una mayoría de los nacionales, que ha aprendido a oler las mentiras, manipulaciones y retórica insulsa. El 80% de rechazó a Maduro de la población nacional (según la mayoría de las encuestas) es un indicador indiscutible de que la gente no está comiendo cuentos, aun cuando condenen a opositores con sanciones extravagantes, inaceptables y monstruosos (caso Leopoldo López y de un grupo de estudiantes contestatarios).

Así mismo el aislamiento político inexorable del régimen ante el mundo por los destrozos a los valores democráticos y derechos humanos, es otro contraste a las sabias reflexiones de Talleyrand: “Jamás estar aislado, no importa lo poderoso que se sea. Y esa es toda la política exterior”. No tomar en cuenta lo dicho por él, hasta hoy ha tenido nefastas consecuencias para los amos del poder temporal en cualquier sociedad y más aún entre los regímenes totalitarios. Amanecerá y veremos. ¡Unión, organización y lucha para vencer!...¡Viva la libertad y la democracia!

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