lunes, 22 de febrero de 2016

¡DESINTEGRACIÓN DE LA TIRANÍA¡

Un firme proceso de desintegración e inmensa confusión viene reinando en las filas de los altos enchufados, boliburgueses e incondicionales del desgobierno castro-chavo-madurista. El deslave “militante” es tan evidente que grupos familiares de los sectores rojos rojitos mencionados preparan sus maletas (y ya algunos han abandonado al país), a dónde se van a disfrutar de la “dulce vida”, que les ha proporcionado el robo descarado a las arcas públicas de la República y riqueza acumulada de los dividendos del “excremento del diablo”. Mientras los pendejos que los apoyaban (o apoyan todavía, pero en mucho menor cuantía) y que han sido víctimas del engaño de la gran farsa del “Socialismo del Siglo XXI); sufren –a grado extremo- (junto a millones de nacionales) el hambre, escasez, altos precios, inseguridad y otras calamidades sociales, que los colocan en la condición insólita entre los últimos Parias miserables de la tierra.

Así mismo, cada presentación en público de los integrantes de esta élite de poder cuestionada, expresan claras demostraciones de que algo huele mal por los predios de Dinamarca, por sus ataques sistemáticos, a través de comportamientos histéricos, con insultos, groserías y descalificaciones (hacia los que piensan distinto) muchos más cargadas de agresividad y odio desmedido. Las palabras “cambio” o “salida” para referirse a ciertos componentes para el debate político de cualquier sociedad normal o contemplada en la propia Constitución Nacional, son calificadas de “conspiraciones” y “golpes de Estado”. Y quién ose decirlas es lanzado a la “hoguera” de la cárcel, represión o persecución; al símil de las famosas “Cruzadas” en la Edad Media. Amén de lo ocurrido con Leopoldo López, Alcalde Ledezma, Baduel, estudiantes y tantos otros.
Las propias reglas de juego (y de algún modo aceptado por los que desgobiernan) son violentadas y pisoteadas con pasmoso descaro. Los roles del Asamblea Nacional y Poder Judicial han sido cubiertos de mantos de confusiones y entuertos.

A La Asamblea Nacional (que hoy es opositora), por ejemplo, se le quiere arrinconar y convertir en simple “jarrón chino” sin que pueda ejercer sus competencias de legislar y controlar, por ejemplo, sobre el mal manejo de los rlcursos públicos, administrados por instancias institucionales subordinadas a los desafueros del régimen. Y al TSJ lo convirtieron en el “Caballo de Troya” para hacer y deshacer en contra de los que piensan distinto o, para tratar de despojar de sus funciones originarias a la Asamblea Nacional. Cuestión que, en esencia, si puede calificarse de “golpe de estado” a los principios democráticos y constitucionales. La creciente disidencia interna en el seno del PSUV y al desgobierno de Maduro ha cuestionado estos procederes de la cúpula de poder de Miraflores. E igual que la oposición ha recibido como respuesta el “garrote vil” de la represión y de acallarla como sea. La procesión va por dentro y la desintegración del capital de apoyo al régimen sigue su curso inexorable.

De igual modo hoy, la conflictividad social nacional como en el ayer (el “Caracazo”, por ejemplo) está generando un cuadro de indignación social que recorre al país y que genera (a su vez) enorme descontento en el seno de los amos de las fuerzas de las “bayonetas”. Quiénes al sentirse involucradas con el actual desastre y caos nacional de hoy, sectores provenientes de su seno, en contrapartida, viene actuando con beligerancia y de asomar propuestas nacionales para un proceso de cambio democrático y reconstrucción de la República. ¡Amanecerá y veremos!

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