¡LOS CEREBROS TAPIADOS DE MIRAFLORES!

Someter a todo un país a los sufrimientos humanos inútiles de caminos andados (y de modelos fracasados y “paquetazos” económicos absurdos) de épocas superadas por la humanidad, es algo que no responde a la lógica del desarrollo socio-económico y conocimientos alcanzados por las civilizaciones modernas. Por esa premisa anterior, para el caso de Venezuela, los críticos más atrevidos opinan que, en los miembros de la cúspide de poder de Miraflores, lo que predomina es la “mentalidad de pica piedra”, incapaces de ver más allá de sus narices. Y mucho menos que siquiera asomen una visión trascendente (no para repetir los loas de los guiones desfasados “pseudos marxistoides-castristas”, con la tesis troglodita del “Socialismo del Siglo XXI”), sino para ponerse a tono, por ejemplo, con la actual “revolución del conocimiento”. Exigir “peras al olmo”-diría uno- ¡imposible!

Con el fallecido “Comandante Supremo” se comenzó a armar la tragedia que hoy padece Venezuela, porque su ignorancia en materia económica y permitir el tutelaje político de los Castros de la Habana, le permitió desarrollar un conjunto de medidas y acciones estratégicas de poder orientadas a combinar “militarismo”, “populismo”, “parasitismo clientelar” y derroche sin límites y corruptelas de toda índole, que han dejado hasta el día de hoy las arcas públicas vacías. Sin haber “sembrado” jamás el petróleo o desarrollado con tesón una economía productiva en su circense gestión y la del supra-cuestionado heredero del palacio de Miraflores del presente. Lo que cuestionaron ayer del paradigma “puntofijista” lo hicieron peor y, más aún, con una connotación de catástrofe nacional. “Cerebros tapiados” sí, pero con la añadidura sumamente importante de haber colocar los intereses de sus bolsillos por encima de los intereses nacionales. Camuflados con un maquillaje ideopolítico de “revolucionarios-socialistas”, “patriotas bolivarianos” y de “antimperialistas”.

Encerrados en sus propias limitaciones para comprender lo que ocurre en el entorno social, los “cerebros tapiados de Miraflores” no dan pie con bola y dan bandazos de un lado para intentar escapar de la realidad de millones y millones de venezolanos “indignados” que claman justicia. Qué están hartos de las promesas incumplidas y de sentirse humillados por hacer “kilométricas” colas todos los días por pan, salud y seguridad. El “Caracazo” de ayer (1989), donde el pueblo tomó las calles en contra del “paquete económico” de Carlos Andrés Pérez, paradójicamente, vuelve a cobrar una vigencia inusitada en estos primeros meses del 2016, cuando el huésped de Miraflores, Maduro, repite la receta de un “paquetazo” económico similar o peor, en un intento de por sí fracasado de reforzar el modelo impuesto centralista, corrupto, parasitario y hambreador.

La presencia en Venezuela en estos días de cuatro Nóveles de la Paz y los continuos pronunciamientos de Gobiernos, ONU, OEA, Unasur, Parlamentos de Europa, EEEUU y América; testimonian la gravedad socio-económica y ética de lo que ocurre en Venezuela. Y por igual muestran su asombro ante la terquedad. O mejor la incomprensible postura de atrincherarse en el fracaso de estos “cerebros tapiados de Miraflores”, que se muestran reacios a soltar las amarras de las libertades públicas, del imperio de la justicia, Estado de Derecho y de la democracia en el país. ¡Triunfaremos! ¡No tengamos dudas!