¡IMPONEN “SUBCULTURA MALANDRA” PARA DELITOS, CONTROL SOCIAL Y CAOS!

Esa consigna que rueda por el país de que para salir de los delincuentes hay que salir primero de los delincuentes que desgobiernan, es una verdad del tamaño del cielo. Mantener a los delincuentes activos y beligerantes con el manto de la impunidad y la complicidad es parte de una política perversa que fluye desde Miraflores y la Habana de los Castro. Andan en la honda del experimento social en Venezuela, incluso a contracorriente de la teoría marxista, que califica al “lumpen” de “escoria social” que carecen de valores, principios, normas y códigos de conducta aceptables socialmente. El malandraje se vende al mejor postor, por donde el billete y botines mal habidos se les sumen a sus abultados bolsillos de tanto expoliar a los ciudadanos indefensos y al Estado totalitario cómplice.

Así el "pranato" en Venezuela es sostén del régimen, porque éste lo subsidia con los fondos públicos y le permite las “manos libres” para cometer todos tipo de crímenes y fechorías contra los ciudadanos de a pie y específico contra opositores y disidentes. Más aún: la tiranía y el “pranato” cómplice han participado en la territorialización del país para la ejecución de los planes delictuales en conjunto. El “pranato” se lleva gran parte del botín y a los grandes enchufados les toca su parte del manjar y la añadidura del control social sobre la población descontenta e indignada. ¡Son tal para cual!

Qué el mismísimo huésped de Miraflores insulte, vomite groserías, descalifique, amenace u ordene reprimir a quién le dé la gana, debemos asociarlo a la “suBcultura del malandraje que promueve”. O al otro extremo: una Ministra de su Gabinete que se exprese y comporte como una “malandra” y, hasta se fotografíe, sin recato alguno, con el "pranato" de la criminalidad y el pillaje de toda gama, son testimonios públicos inocultables hasta adónde han llegado para mantenerse en el poder como sea.

¿Qué Dios nos agarre confesados? ¡O decidimos sacudirnos de estas escorias de la tiranía roja rojita y de su “pranato” de la desvergüenza nacional! ¿Qué decidimos?