lunes, 18 de enero de 2016

EL NUEVO “PAQUETAZO” DE MADURO

Sí algo aprendieron Maduro y Diosdado de Fidel, Raúl y del fallecido caudillo de Barinas, ha sido copiarse de muchas lecciones y experiencias para los chanchullos, la trampa, las zancadillas, la intriga y las perversidades de toda laya para estructurar y desarrollar planes maquiavélicos e infernales direccionados a mantenerlos en el poder como sea. Por eso, no es una sorpresa que los mismos estén implementando el “Plan B”, una vez, se conocieran los resultados desfavorables del pasado 6D.

De esta manera, las primeras acciones que contemplaron son testimonios irrefutables: reestructuración del TSJ con la designación a dedo de magistrados incondicionales a la tiranía, las impugnaciones “chimbas” de los diputados indígenas, los cambios en el gabinete, la contraofensiva mediática de supuesta defensa a ultranza de “símbolos patrios chimbos” y el reciente “Decreto de Emergencia Económica”. Todo ello, sin duda, forman parte del nuevo “paquetazo” de Maduro y Diosdado contra el pueblo oprimido y la vanguardia disidente.

Con la maniobra política de tratar de convertir el TSJ en una especie de contrapoder incondicional del Ejecutivo Nacional, para deslegitimar a la nueva Asamblea Nacional. La tiranía juega al ajedrez político de colocar al Poder Judicial en el caballo de Troya contra la “rebelión de las masas”, que se expresó a favor del cambio en todos los niveles de la estructura del Estado y, ante las calamidades socio-económicas que sufren en carne propia todos los integrantes de los distintos estratos sociales del país. Es inadmisible y anti-constitucional que los déspotas de Miraflores desconozcan el estado de derecho y el equilibrio de poderes, donde la AN cumple un rol estelar en la defensa de la soberanía popular, de control y legislar a favor de los supremos intereses colectivos.

En referencia al cuestionado Decreto de Emergencia Económica, Maduro y Diosdado, pretenden continuar conservando el poder absoluto sobre la sociedad y el estado, mediante los instrumentos perversos de las Leyes Habilitantes (que incontables, no hicieron mella positiva sobre el caos reinante). El decreto, está claro, es una nueva “habilitante soterrada”, en el cual el Ejecutivo Nacional, entre otras cosas, puede expropiar empresas y comercios, generar sus propios requisitos para trámites de importaciones, realizar compras expeditas de mercancías y manejar a su antojo los procedimientos cambiarios. Además, de dejar al libre albedrío de este desgobierno lo referente al proceso de abastecimiento y comercialización.

Todo lo dicho, encierra sin duda, una dura lucha entre la nueva AN y el pueblo mayoritario en contra de la tiranía y sus poderes constituidos lacayos e incondicionales. Las consecuencias de esos choques inevitables hace muy difícil predecir el desenlace final. Y lo peor, sobre los hombros del pueblo seguirá la espada de Damocles del sufrimiento humano por la escasez de alimentos y medicinas, el crecimiento de la pobreza y vida miserable, la inseguridad personal, caos y ruina absoluta del país. La lucha colectiva no ha cesado y apenas comienza una nueva etapa superior, que deberá abrir luces definitivas de libertad, verdadero estado de derecho, democracia, progreso y bienestar para todos. El dilema sigue siendo: dictadura o democracia. ¡Tú decides!


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