viernes, 27 de marzo de 2015

“BLOQUES DE PODER” Y LA “TIRANÍA MILITARISTA”

En este juego diabólico geopolítico a que estamos sometidos los de a pie por parte de las castas de poder en Venezuela, Chávez cumplió un papel estelar bajo la conducción política estratégica del “castrismo-cubano”, el cual sin disparar un sólo tiro, invadió a Venezuela para administrar la riqueza petrolera y estimular desde esa posición el desarrollo planetario de un “gran bloque de poder alternativo” en contra de lo que ellos denominan el “bloque de las fuerzas neoliberales e imperialistas”. Por eso no es casual, ni un disparate el anuncio público de Obama, de considerar a Venezuela, como otro miembro del “eje mundial del mal”. Las andanzas de Chávez y de Maduro en sus giras por países de ese “bloque alternativo” así lo confirman y, por supuesto, el seguimiento de cerca por parte del “imperio”, a través de sus organismos de seguridad por ejemplo, cuando les interesó hacer pública las denuncias sobre los fondos multimillonarios acumulados (del “bloque alternativo”, entre ellos el desgobierno de Venezuela) en los bancos de Suiza, Andorra, España, Panamá y el mismo EEUU, para fines dudosos o ligados (dicen ellos) al lavado de dinero, que lo asocian a los planes indeseados del “terrorismo internacional” y del “narcotráfico”, que vienen “contaminando” a su vez, al “sistema financiero capitalista” (tema indudable, íntimamente entrelazado a la “seguridad nacional” del “imperio”). Este “berenjenal”… es el trasfondo del delicado asunto adónde nos han conducido los actores del “castro-chavo-madurismo”.

Lo cierto es que lo anterior se convierte en una rémora difícil de enfrentar, porque además (y es lo sustancial) las finanzas y toda la economía nacional de Venezuela está quebrada como nunca antes. Los disparates en la administración de los recursos del país, para los propósitos señalados, la ineptitud de los altos enchufados y las prácticas insanas de corrupción a granel en todas las esferas del Estado totalitario venezolano, han contribuido a generar una gran crisis socio-económica sin precedentes (pérdida valor de la moneda, hiperinflación, escasez grave de alimentos y medicinas, crecimiento de la “pobreza extrema”, inseguridad irrefrenable, deterioro del sistema educativo, del sistema de salud y de los servicios públicos; entre otros). Las amenazas de posibles estallidos sociales ante el drama socio-económico no es un cuento de camino. Los tsunamis sociales están a la vuelta de la esquina. Las distorsiones en el rumbo del país que se han señalado, pervirtieron a grado sumo una gestión pública de calidad, eficiencia, ética y el verdadero sentido de la justicia social en Venezuela.

Chávez (y ahora Maduro) que adoptaron la concepción militarista como “agente de cambio” la emplearon para los propósitos descritos y absolutamente distintos al quehacer histórico de paz, democrático, libertades ciudadanas y de la búsqueda incesante de prosperidad y progreso para todos. El militarismo se ha constituido en un auténtico retroceso histórico y a la adopción de métodos primitivos y cuestionados para sortear las graves dificultades de crisis nacional presente. Y desde hace años con las lecciones aprendidas de psicología básica, Norman Maier, destacaba que los seres humanos, en relación a sus “necesidades adquiridas” a lo largo de su proceso de socialización, lo conducía siempre a mirar hacia adelante, nunca hacia atrás. Y el “militarismo” “castro-chavo-madurista” es un gran salto hacia atrás. Así (es lo que vemos hoy) lo intenten tapar con un rancio “ultranacionalismo” y poses de “antiimperialismo” trasnochado. De la concepción humanista sobre la vida, este “militarismo” inducido no has llevado al fondo del precipicio, al hombre animal de sólo instintos y de “bachaqueo” constante para poder satisfacer las necesidades básicas para la sobrevivencia.

No hay vuelta atrás: ¡tiranía “castrista-militarista” primitiva y violadora de los derechos humanos o, democracia humanista de libertades y de progreso! ¡Tú decides!

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