miércoles, 11 de marzo de 2015

¿GUERRA O DIÁLOGO ENTRE CIVILIZACIONES?

El pensamiento único venga de donde venga y (menos de que éste se trate de imponer por la fuerza), tendrá futuro en el proceso de construcción de la paz, justicia, bienestar y diálogo entre civilizaciones (occidente-oriente o del mundo occidental con las civilizaciones indígenas, por ejemplo) en todo el planeta. Por eso, sí considero como actos de “barbarie” los “actos terroristas” (proveniente del Estado o no). Porque sin dudas, hay actores ideopolíticas, que rompen las barreras de las divergencias humanas normales, para pasar a una praxis sociopolítica de claro perfil fundamentalista, cuyo propósito es incitar al odio entre seres humanos, excluirlos socialmente (hasta al extremo de promover los “apartheid”) y plantearse, incluso, eliminar físicamente a los que no piense igual que ellos (¡qué coincidencia con la Venezuela actual!)

Ejemplo de lo dicho lo registra la historia (incluyendo la más reciente) con las situaciones de confrontaciones bélicas y actos de terrorismo en Afganistán, Irak, Siria y Ucrania. Amén de lo ocurrido en Francia con el asesinato alevoso de periodistas o, la determinación de EEUU y países europeos de confrontar con las armas el “terrorismo” desatado de ISIS; entre otros. De ahí que la denominada “guerra entre civilizaciones” está conduciendo al mundo hacia tragedias humanas y materiales de incalculables dimensiones. Y Venezuela que, históricamente, no aparecía en estos escenarios de la destrucción, hambruna y la muerte, desde la beligerante conducción del país por los caminos del fundamentalismo ideopolítico (bajo la influencia del régimen cubano) con el fallecido “Comandante Intergaláctico” y ahora por su heredero a dedo, Maduro, está a punto de que sea calificada de “país forajido” o, entre los países miembros del bautizado “eje del mal”.

Las sospechosas andanzas del fallecido “Comandante Supremo” y más recientemente de Maduro por países del Oriente Medio, China y Rusia (excluyendo a China /que tiene una estrategia “invasiva” más inteligente/ todos los demás están participando en confrontaciones bélicas); no han pasado, por supuesto, desapercibido a los ojos de las potencias occidentales, que ya comenzaron a enseñar los dientes de su inconformidad, por aquello del proceso de construcción de un “Gran Eje Antiimperialista” y contra la “civilización occidental”, adonde además, estarían incorporados Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y por ende Venezuela ( por América Latina).

Quizás, quien escribe sea un soñador, en tal sentido no podía aceptar jamás participar de una locura como esa de incentivar este choque de super-trenes representadas en estas dos grandes civilizaciones. Al contrario, hay innumerables experiencias extraordinariamente positivas de retroalimentación recíprocas entre ambas “civilizaciones” (también con las civilizaciones indígenas) en el campo económico, social, educativo, cultural, ambiental y de la ciencia y la tecnología. Así entiendo los conceptos de la diversidad cultural, interculturalidad y “dialogo civilizaciones”; no para la destrucción, la ruina, arraigo de la pobreza estructural, la miseria y la muerte. Por eso me sumo al canto de la poesía inmortal de Neruda: “Yo quiero/que todos vivan/en mi vida/ y canten en mi canto (…) y así andaremos juntos, /codo a codo/ todos los hombres/mi canto los reúne:/el canto del hombre invisible/que canta con todos los hombres”.

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