lunes, 2 de marzo de 2015

“MILITARISMO”: ¡PODER CONSTITUIDO!

Con Chávez resurgió en Venezuela la tesis de los militares como el “gendarme necesario” para todo lo que oliera a control del Estado y la sociedad en su conjunto, aunque lo disfrazó con habilidad increíble de las viejas doctrinas militaristas de Claus Héller del “Ejercito como agente de cambio”. El mismo “Comandante Intergaláctico” confesó en entrevistas y peroratas mediáticas de casi todos los días que el nutrió su formación militar para el ejercicio del poder con las lecturas a Mao, Bolívar, Páez, Napoleón y las experiencias de gobiernos militaristas en América Latina (Omar Torrijos/Panamá, Juan Velasco Alvarado/Perú, Perón /Argentina), Pinochet/Chile, Los Castro/Cuba; entre otros).

Nada de lo anterior fuese criticable, sí su praxis socio-política, se hubiese correspondido con hacer todo lo contrario, por ejemplo, del “gorilismo militarista” que prevaleció en casi todos los países de América Latina a lo largo de varias décadas, con su grave secuela de despotismo, corruptelas, represión criminal, ruina y caos social. Chávez sólo se encargó de repetir lo negativo de las experiencias señaladas, con una mejor dosis -sin duda- de “populismo” con los “petrodólares” de la riqueza nacional venezolana y del fracasado modelo cubano “comunistoide”. Amén de que, en esta Patria de Bolívar “el militarismo”, como una maldición luciferina, nos ha estado persiguiendo a lo largo de la historia (guerras, enfrentamientos, conflictos armados, muertes colectivas; ruina, miseria, desolación y pobreza). Por eso ni Chávez, ni ahora Maduro (que también está secuestrado por el “militarismo” “goriloide”) pudieron romper con ese círculo vicioso del Sísifo de la mitología griega de girar y girar empujando la roca del castigo (colectivo) que parece eterno. Con el “militarismo”, ¿nos queda alguna duda? los cambios son para atrás: ruina económica, ruina social, ruina política, ruina institucional, ruina ambiental; y sobre todo, ruina ética y espiritual. La Venezuela de hoy está “africanizada”, bajó a la escala del “cuarto mundo”. ¡Sobrevivir como sea, pareciera ser, la naturaleza social miserable que nos impone el rancio “militarismo” “Castro-chavo-madurista”!

El “militarismo” del atraso (casi todos coincidimos en esa tesis) se ha metido como un virus destructivo en casi todo el tejido institucional y social de la Venezuela del presente. El mundo civil ha sido desplazado hacia la periferia, es decir casi toda la población de 30 millones de habitantes. Los civiles somos el “apartheid”, como lo fue Mandela y su pueblo, discriminados, humillados y perseguidos por décadas y décadas. Fue una ruin mentira las palabras del fallecido caudillo de Barinas, cuando afirmó: “…Militar, no como un masacrador del pueblo, ni para dar golpes de Estado, sino como un servidor social y a la Fuerza Armada como un ente social”…Y uno se pregunta: ¿Qué fue lo hicieron en el “Caracazo”? y, ¿Qué están haciendo ahora (¿micro-“Caracazos”?) en el estado Táchira, Mérida, Zulia, Lara y Caracas? ¡Qué nos cuenten una de vaqueros! El “Militarismo” “Venecubano” es el poder constituido” en Venezuela! ¡El cambio cualitativo luce impostergable para la libertad, la democracia y el progreso! ¡Esa es la lucha!



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