sábado, 28 de febrero de 2015

¡RESUCITÓ EL SANGUINARIO HERODES!

“Una voz se oyó en Ramá
Un llanto y un gran lamento
Raquel llorando a sus hijos.
Y no quería consolarse porque ya no existen”
(“Matanza de los Inocentes”/Evangelio de San Mateo)

Guardando las distancias históricas y las especificidades de la realidad de la época, nunca pensé hacer un parangón, entre el Herodes de origen griego, pero designado por el “imperio romano” (40 a.C.) con el título de Rey de Judea y luego, por los pasajes bíblicos del Evangelio de San Mateo, como el gran protagonista de la “matanza de inocentes” en el pueblo de Belén, porque allí supuestamente se encontraba el Mesías (el niño Dios) o el “rey de los reyes” de todos los tiempos. Y el “Herodes” (¿venezolano o colombiano?) de Miraflores, quien se ha pretendido erigir también como un Rey, a quien hay que rendirle pleitesía y obediencia absoluta, porque si no, ordena a su jauría criminal, asesinar, torturar, reprimir, perseguir o encarcelar a quienes piensen distinto. O peor aún “pulverizar” como sea, a quienes osen disputarle su reemplazo en el poder (¡conspiradores!, grita histérico, para sacarlos del juego político). O al símil del Herodes genocida, de ordenar asesinar a niños, estudiantes y jóvenes -cuyas conductas irreverentes y de rebeldía contra su desgobierno- lo colocan contra la pared ante la vindicta nacional e internacional.

En el año 2007, un grupo de investigadores de una Universidad Hebrea, anunció el hallazgo de la tumba de Herodes, cerca de Jerusalén, pero todavía no hay elementos comprobatorios de que sea así. No vaya a ser que, por esas piruetas de los tiempos y cosmogonía universal, nos encontremos con el hallazgo de que, más bien, ese sátrapa de los pasajes crueles de la historia, resucitó en Venezuela y en la actualidad se hospedó en Miraflores. ¡Porque vaya a ver, son demasiadas las coincidencias!: El Herodes griego-romano de la época, por excesiva ambición de poder y celos que se lo arrebatasen, mandó a matar a casi todos los miembros de su familia, a una de sus esposas, a sus dos hijos y todos los niños de la inocencia de Belén. No tenía compasión con nadie. Y el Herodes contemporáneo colombo-venezolano no ha escatimado nada para “destruir” a quien huela disputarle el poder, sea viejo, adulto o un inocente niño (si son estudiantes, están ubicados en su prioridad, porque suenan a futuro, libertad y progreso) ¡Vamos a extirpar el mal de raíz!, vocifera a todo gañote mediático a cada rato).

Y la raíz de un país y la siembra de futuro anti-tiranía roja, está en su juventud. Los “ajusticiamientos” de niños, de jóvenes, de estudiantes; no pueden ser casuales (el niño y jóvenes del Táchira y los del Zulia y Mérida; son evidencias irrebatibles, todos con tiros de gracia en la cabeza). ¡El Herodes de Belén, resucito en el Miraflores de Venezuela! El niño de Dios huyó de Belén y conquistó al mundo entero y, la niña Venezuela luchará y luchará y triunfará sobre este Mefistófeles de mil caretas.






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