viernes, 27 de febrero de 2015

¿GOLPE?, ¡GOLPE AL ESTÓMAGO Y AL BOLSILLO!

Sí de “golpes” son expertos, no hay duda, que se debe señalar a los miembros de la cúspide de poder en Venezuela, cuando aquel 4F de 1992 ejecutaron un “golpe militar” contra el orden constitucional de la época (por cierto, fracasado). Después de ese tiempo, su paranoia “progolpista” siempre ha estado presente en círculo vicioso, como el Sísifo de la mitología griega, que fue condenado por los Dioses del Olimpo, a girar y girar alrededor de una enorme roca por toda la eternidad. Por eso las fastidiosas denuncias sobre “golpes” y “conspiraciones” de los altos enchufados que tienen a los venezolanos hasta la “coronilla”.

Pero a su vez, éstos cuestionados embriagados de poder por el poder mismo, los utilizan como instrumentos para intentar “quebrar” por la fuerza la “resistencia pacífica” de quienes piensen distinto. O peor, como es el asunto que nos ocupa en este escrito, para tapar mediáticamente, con mentiras y manipulaciones, sus funestas y desacertadas medidas en materia económica, social, política y contra la ética pública. Es decir, los severos “golpes” que le han propinado a los nacionales, especialmente en el estómago y a los “bolsillos” para lanzarlos al suelo del empobrecimiento, la ruina y a condiciones de vida miserable.

De esta manera observamos con asombro, los disparates de este desgobierno de Maduro para intentar colocarle un “parche” al enorme hueco fiscal y financiero (producto del derroche, corrupción e ineptitud gerencial) con los sucesivos cambios del valor de la moneda nacional con respecto al dólar, hasta aterrizar con lo de hoy, con tres tipos de cambios. Y en el cual uno de ellos, el famoso Simadi (Sistema Marginal de Divisas), se legaliza el “mercado libre” para comprar y vender dólares, pero que conserva las amarras de las restricciones y que mantiene apenas algunos diferenciales con respecto al valor del dólar en el “mercado negro” (por Bs 172-190 el “oficial” y por Bs 200 y más de esta cifra en el “mercado negro”). Y en base a estos montos se cotiza para la compra-venta de productos importados y mercancías de todo tipo.

De ahí el por qué mantenemos el records de los índices inflacionarios más altos del mundo y por ende los bolsillos y los salarios más deprimidos del planeta. Además de que este sistema encierra la truculencia de este desgobierno para amasar fortunas y corruptelas (a través de los Bancos del Estado) al comprar éstos dólares en el Simadi y los venden en el mercado paralelo (el diferencial es para ellos). La mampara con estos dislates de este desgobierno es la cacareada “guerra económica” o de que estamos siendo sometidos a graves amenazas “imperiales”. Y a las cuales -dice el tirano de Miraflores- hay que enfrentar con los “puños de hierro” (represión criminal) de la “revolución bolivariana” (¿de qué “revolución hablan?, ¡sí ésta tiene el sello del más absoluto fracaso!).

Pero, el otro problema de fondo se refiere a que este desgobierno raspó las ollas de los dólares, a través de los desafueros citados y los “regalos, donaciones, subsidios o convenios “chimbos” con distintos gobiernos de otros países, para crearse la aureola de una gran potencia petrolera y de liderazgo al estilo procubano “comunistoide”. El bajón de los precios del petróleo les hundió esta fantasía, pero a su vez, dejó a los excluidos sociales y clase media en peores condiciones; hasta de tener que optar por la condición miserable de “bachaqueros” para poder sobrevivir ante el empobrecimiento abismal y carencias de alimentos y medicinas; entre otros productos e insumos básicos para la vida.

Esa es la razón de las protestas sociales en la calle, la gente está padeciendo de graves penurias socio-económicas y las demandas populares son desoídas por este desgobierno del fracaso, la ineptitud y la corrupción a granel. Acude la tiranía a la represión criminal para intentar atajar se repita otro “caracazo” o, de que la fuerzas de la presión social lo obliguen a dimitir en aras de un cambio radical del rumbo de la nación, en un contexto de libertades socioeconómicas y democracia plena. ¡El pueblo soberano movilizado y organizado es el que exige y decide el futuro de todos!


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