sábado, 21 de mayo de 2011

"FIN DE MUNDO"...PERO PARA LAS AUTOCRACIAS...

Con este escrito no se trata de reforzar la tesis del predicador gringo Harold Camping, quien asegura que este sábado 21 de mayo se inicia la fase culminante del “fin de mundo”, con un gran terremoto que sacudirá la tierra como nunca en la historia del planeta y que éste será acompañado de otros acontecimientos simbólicos. De esta manera, muchísimos grupos religiosos y no religiosos en el mundo se encuentran a la expectativa de este anuncio.

No obstante, con el debido respeto por este tipo de creencias de los estudiosos de los apocalipsis bíblicos; el “fin de mundo” se aproxima, más bien, es para todas las “autocracias” que vienen causando, años tras años, graves daños a los derechos humanos y a los principios universales de libertad, democracia y verdadera justicia de millones y millones de ciudadanos en todos los continentes.

Los indicadores están a la vista de los ojos avizores de los terremotos y tsunamis sociales en los países árabes (Túnez, Siria, Egipto, Libia, Arabia Saudita, Argelia, Bahréin; entre otros) y ahora al parecer, se extiende a Europa, con los últimos acontecimientos en España y expresiones de solidaridad con manifestaciones de calles en el “viejo continente”. Aún cuando en cada nación se pueden señalar particularidades del fenómeno por razones culturales, religiosas, geopolíticas y hasta socio-políticas; hay un común denominador que destacan en estas masas “indignadas”, como es la lucha por el respeto de los derechos humanos, democracia, libertad, justicia e igualdad.

En América Latina también se sentirá la “indignación” de las masas populares, porque éstas ven pasar la rueda de la historia, sin que haya cambios sustanciales en las condiciones y calidad de vida de las mayorías. La pobreza como una maldición satánica se conserva incólume, mientras las cúpulas del poder político abrazados a dogmas ideo-políticos deshojan las margaritas para determinar los rumbos de sus naciones en pro del “capitalismo neoliberal”, “el capitalismo de estado” o el “socialismo de estado”.

En el caso de Venezuela, que se desliza entre un paradigma de “gorilismo militaroide” y “populismo” ramplón, aderezado con caudillismo y “capitalismo de estado salvaje”; la masa de “indignados” crece como la arena en la playa, porque el deterioro del sistema de vida luce insoportable por los apagones eléctricos, la inseguridad angustiante, los pésimos servicios públicos, el fracaso de los planes de viviendas y; la calidad de la salud y la educación en rueda libre, por una pendiente sin fin.

No obstante lo dicho, no nos cuesta nada preguntarle al predicador Camping, que sí en esas interpretaciones de anuncios del “fin de mundo”,; se encuentra más bien el fin la autocracia “chavecista , con la cual se mantiene la esperanza en vivo de que sea para mediados de 2012. ¡Ojalá ésta se cumpla para bien de todos!.

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