viernes, 20 de mayo de 2011

LLUVIAS DESENMASCARAN DRAMA DE LA POBREZA Y LA DEMAGOGIA

La naturaleza, a través de las lluvias profusas, parece empeñada en no dar cuartel a los habitantes de este planeta. La intensidad de éstas en muchas regiones del mundo; incluyendo a Venezuela, ha sobrepasado los límites de las previsiones, control y monitoreo técnico e institucional; para arrasar con fuerza brutal todo lo que consiguen a su paso (personas, animales, viviendas, infraestructuras, sembradíos, vialidad, enseres domésticos; y muchos otras cosas). Los científicos dicen que estas lluvias salvajes y las inmensas inundaciones que producen, estarían asociadas al fenómeno del Efecto Invernadero por la generación de gases hacia la atmósfera, producidos por innumerables actividades humanas de la modernidad sin control, prevención y suma irresponsabilidad.

En Venezuela las consecuencias trágicas de las lluvias intensas están asociadas a otro drama social -la pobreza- aún cuando se pretenda impactar su supuesta disminución, con la frialdad de los números de las estadísticas oficiales. Lo cierto es que, sumando la génesis de la pobreza del ayer, con los números y cualificación de ésta en el hoy; nos presentan este flagelo social intacto, quizás con algún maquillaje novedoso en el rostro, producto del uso hábil de la cosmetología “roja-rojita”. Pero es el universo de los pobres casi los únicos afectados; allá en las cimas de los cerros desprendidos, laderas de quebradas o en las orillas de ríos, cuyas corrientes indetenibles y contaminadas; se llevan al infinito a personas de diferentes edades, los pedazos de ranchos o los pocos enseres domésticos de los “condenados de la tierra”.

De esta manera, los pobres de los ranchos arrasados por el caudal de las aguas, son ahora llevados a los “refugios de la pobreza”, donde se les “militariza la vida” y a través de las migajas del rentismo petrolero les proporcionan los alimentos para la sobrevivencia. Pero éstos también son transformados en los seguros objetos de la codicia electoralista, en aras de la pretendida reelección del mandamás-caudillo de Miraflores. Así el verdadero trasfondo de la consigna oficial - “Vivir Viviendo”-, para los afectados por la tragedia de las lluvias e inundaciones, está supeditada a la indigna “obligación” de sufragar electoralmente por el partido de gobierno. La tragedia de las lluvias, entonces, es a su vez, la tragedia de los venezolanos ante las posturas miserables de los dueños del poder nacional.

En este mismo orden, aprovechando el sufrimiento de los que menos tienen, las posturas demagógicas logran notoriedad por la acción de una prolija campaña mediática oficial, “La Gran Misión Vivienda”, cuyas metas palidecen al record Guinness en demagogia insulsa: 350 mil soluciones habitacionales en menos de dos años, vocifera con desparpajo, el caudillo de Miraflores, cuando ni siquiera en los 12 años en el poder ha logrado sumar esa cifra. No obstante con una habilidad inusual despoja a propietarios privados de complejos habitacionales, terrenos, galpones y cuanto espacio físico se lo presenten ante sus ojos. La miseria de Venezuela, sin duda, es la miseria de quienes nos gobiernan.

Pero, uno siente intacto ese espíritu indoblegable, temerario, rebelde, libertario y democrático del ser venezolano. ¡No podrán despojarnos del orgullo y dignidad de soñar y luchar por un país radicalmente diferente!

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