sábado, 19 de mayo de 2012

CRISIS DE LA SALUD O CRISIS DEL MODELO VENECUBA

Para muchos analistas del área y especialmente para los usuarios de los servicios públicos de salud del país, el nuevo “Sistema Nacional de Salud” con su mezcla de componentes convencionales y del sistema de salud paralelo de pura cepa cubana, desde hace algún tiempo, se vinieron aceleradamente en picada hacia el abismo.

No comparto la tesis de que la presencia cubana per se, en los inicios del Programa de “Barrio Adentro”, sea la culpable de lo que hoy acontece (Verbigracia gobiernos de la denominada IV República también lo hicieron, pero en menor escala, en Monagas, por ejemplo)). Al contrario, contribuyó a mitigar la crisis médico-asistencial en esa primera etapa del “chavecismo”. Lo grave ocurrió después, cuando la élite del poder central y con Chávez a la cabeza, permitieron una progresiva y sostenida pérdida de la soberanía en esta materia ante el régimen cubano, el cual lo aprovechó magistralmente para colocarse en un rol protagónico en la toma de decisiones en todos los niveles del referido “Sistema Nacional de Salud”. Ese es el drama actual, con lo cual se atornilla más aún el vigente Proyecto global en marcha de Venecuba, que sí goza del beneplácito de los dos regímenes autocráticos.

Una vitrina indiscutible de la verdad de lo afirmado, lo constituye la decisión de Chávez de atenderse el grave cáncer que padece en un centro de especialización en salud de la Habana, en medio de ese dilema crucial entre la vida y la muerte, sin haber escuchado los consejos y orientaciones de los nacionales y personajes como el Ex –Presidente Lula y la actual Presidenta de esa nación, Dilma Rousseff de que fuese atendido en Brasil, cuyos avances en conocimientos y tecnología médica moderna es altamente reconocida y con visibles resultados positivos de recuperación de pacientes que padecen de esa patología de suma complejidad. Es más, en menor cuantía que Brasil, Venezuela está más avanzada en el uso de protocolos médicos oncológicos que Cuba. Entonces, “más claro no canta un gallo”, en relación a la influencia determinante que ejercen los Castros sobre el caudillo venezolano.

En este contexto la crisis nacional de salud se acentúa, porque todas las grandes decisiones se centralizaron en el poder de Miraflores y por ende en el régimen de Cuba. Los demás componentes y actores del sistema de salud venezolano son unos simples “convidados de piedra” o “jarrones chinos”, mientras los usuarios y demandantes de atención en salud padecen las de Caín por los ya recurrentes problemas del paralelismo de la red médico-asistencial, congestionamiento de la red hospitalaria y no funcionamiento adecuada de la red de atención primaria ; la no participación ciudadana en la gestión, sino en planes direccionados político-partidistas; problemas de infraestructura, falta de medicamentos, insumos y equipos; déficit de médicos y personal de enfermería y porque estos últimos son tratados como esclavos, por las exigencias laborales o porque simplemente no les pagan los sueldos y salarios completos y demás beneficios de la malograda convención colectiva. Amén del desconocimiento del “oficialismo” de las organizaciones, líderes gremiales y sindicales del sector.

¡Revertir este desastre llevará tiempo, pero es el único camino para impulsar un cambio sustancial y… de esta manera los ciudadanos puedan disfrutar de un eficiente, idóneo, humanista, democrático y funcional Sistema Público Nacional de Salud!


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