sábado, 26 de mayo de 2012

LOS MAESTROS DE LA “GUERRA SUCIA”

“Cachimo decirle a morrocoy conchuó” es por demás una postura cínica, hipócrita y de una “caradurismo” sin límites, al provenir de aquellos que han hecho de la “guerra sucia” su naturaleza social; es más se podría decir sin temor a equívocos, de que muchos de los cacareados “éxitos políticos” de los impulsores de esta conducta bizarra, descansan en el manejo habilidoso de este estratagema de la antiética política.

Por eso da risa, los señalamientos sin prueba alguna, de que fue la oposición la responsable de los cándidos afiches, que inundaron a Caracas, con la consigna de la polémica: “Diosdado Presidente”, cuyo contenido señala, sin duda, de que el caudillo enfermo de Miraflores, ya le están “enseñado los dientes” para sucederlo en el poder en esa lucha a “sangre y fuego” de lo que llamó el Gral Müller Rojas, “nido de alacranes de su propio entorno”.

En la “guerra sucia”, el partido de Gobierno en Venezuela, con su “gran líder a la cabeza”, han sido extraordinarios maestros, porque han nutrido las filas de sus seguidores, utilizando el ventajismo del poder, con la militancia de los partidos opositores o de aquellas organizaciones que fungieron de aliados en determinados momentos de la coyunturas política. De esta manera, ¿no han sido las bases del apoyo social y electoral de AD, Copei, MAS, Causa R, Podemos y PPT; entre otros, los que engordaron “ajuro” las filas partidistas del PSUV?

Cualquier venezolano que haga un simple ejercicio de memoria recordaría los arengas, con las añadiduras de las descalificaciones, insultos y groserías; de cómo por los “Alo Presidente” o en un sin número de “cadenas nacionales”, llamaba el “gran líder”, a la militancia de los partidos opositores y aliados a desconocer a las autoridades legítimas de esas organizaciones, para que lo acompañaran a constituir un “partido único”, al mismísimo estilo y paradigma de la Cuba marxista-leninista. E incluso, con reiteración endemoniada, decía, que ello respondía al clamor histórico del Libertador: “cuando cesen los partidos…”.

Lo cierto es que, desde el seno de la picaresca política venezolana y en los corrillos de pasillos, se dice que los afiches provienen de los laboratorios de “guerra sucia” de Pdvsa, la cual ha venido relegando sus funciones de gerenciar adecuadamente la riqueza petrolera nacional, al ocuparse de este tipo de tareas. O de otras asociadas a fortalecer el cuestionado clientelismo partidista y el paternalismo de Estado, cuyo trasfondo sustancial es la preservación y mantener como sea a Esteban y a la élite rojita en el poder, hasta que el cuerpo social nacional aguante –dirían, desde sus propias interioridades.

Se trata pues, de otra de las trastadas de la “guerra sucia” del oficialismo rojito, cuyo objetivo (del sector que comulga con lo de “Diosdado Presidente”), es la de promover su figura como posible sustituto de Chávez, en al trono de la Presidencia de la República, haciéndose eco de aquél viejo dicho popular: “A Rey muerto, Rey puesto”. ¡Amanecerá y veremos!


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