sábado, 12 de mayo de 2012

¿REGRESÓ AL PARAÍSO TERRENAL?

Resultan insólitas las primeras palabras y “análisis” en relación a la realidad nacional, por parte del Presidente Chávez, después de su regreso a Venezuela desde los predios de su amado régimen cubano y ¿auténtico mentor?; luego de permanecer varios días, en su ya larga cadena de viajes a la isla caribeña, para aplicarse el tratamiento y terapias de rigor al cáncer que padece.

Le pareció, según al monitoreó constante que él mismo ejecutaba e informaciones que recibía de Jaua y demás miembros de su Gabinete, que todo marcha “sobre ruedas” en el país, en esta especie de “paraíso terrenal”: la economía superchévere, lo social ni se diga y la situación política inmejorable. Amén de que, en el contexto internacional, agregó, estamos mejor que nunca, gozando del “respeto” de distintos países del mundo. Para él, según sus palabras, lo malo, la verruga pues, de ese cuadro paisajístico que pintó sobre la Venezuela de hoy; lo constituye la “oposición derechista” a su “inmaculado e impoluto régimen”.

Lamentamos desdibujarle, al señor Presidente, su idílico paraíso con la verdad de la realidad de la Venezuela de hoy, de esa de “carne y hueso”, de esa que sin duda, él tercamente, se niega a mirarla y a tocarla, para hacerle honor a la conseja bíblica de Santo Tomás de Aquino: “de ver para creer”. La economía, ya pisó el acelerador de una grave recesión, con índices inflacionarios en alzas constantes, que lideran las estadísticas de todo el continente y una de las más altas de todo el planeta. El desempleo, “juega garrote”, por la política de expropiaciones y cierre de empresas a granel. Verbigracia el colapso económico de las empresas básicas de Guayana, en manos del Gobierno, por desinversiones financieras y presupuestarias, corruptelas o por las acciones de la politiquería clientelar partidista. O la destrucción de la producción nacional por medidas de expropiaciones e intervenciones del Estado de muchas fincas productoras agrícolas y de la ganadería.

En el área social, las protestas y el descontento crecen como la espuma en el mar, porque no hay respuestas y soluciones de este gobierno centralista, a los gravísimos problemas de los apagones eléctricos, carencia o déficit del servicio de agua o, por el colapso en general de los servicios públicos por caos del transporte, vialidad destruida o de la red cloacal o, por el pésimo servicio del aseo urbano. La gente está hastiada de las promesas incumplidas en materia de vivienda o porque la red asistencial en salud no funciona adecuadamente y la imposibilidad de los excluidos sociales de adquirir las medicamentos para la vida y la salud o, porque se mueren de mengua ante el peloteó de que son objeto. Amén de que, la seguridad social y laboral de los ciudadanos, es letra muerta en leyes y mandatos constitucionales; siendo el patrono-estado el principal incumplidor de estos estamentos legales, dejando en total indefensión a los trabajadores venezolanos, porque las instancias institucionales del Estado hacen caso omiso a los dictámenes o protección a la masa laboral. No se trata de leyes, sino de cumplirlas.

En el aspecto político, no hay respeto a las opiniones contrarias al pensamiento oficial del gobierno y se utiliza cualquier subterfugio para perseguir o castigar a la disidencia; es decir, no hay ejercicio de una democracia verdadera y respeto a los mandatos constitucionales en esta materia. Los poderes públicos, tal cual lo confiesan, hasta hace poco, altos magistrados del TSJ, responden a las instrucciones del Poder Ejecutivo y se han prestado para amañar sentencias y condenar a inocentes. A las Gobernaciones y Alcaldías opositoras a la voz oficial, se le asfixia económicamente y cada día se les reduce, en la práctica, las competencias de ley.

En fin, el paraíso terrenal de Chávez, es en realidad un verdadero infierno y que no hay otra salida que acudir a las urnas electorales el próximo 7 de octubre para cambiar este nefasto Gobierno, dándole al oportunidad a la Alternativa Democrática, en clara correspondencia a lo establecido en la Constitución Bolivariana de Venezuela. ¡Así sea!

No hay comentarios:

Publicar un comentario