domingo, 13 de mayo de 2012

MUROS DE LA DESUNIÓN

Cada día se dificulta mantener posturas críticas e intentos analíticos de la realidad venezolana, distintos a los convencionales, en un país abrumado por la confrontación político-ideológica, donde los muros separatistas de los campos en pugna, ya no son sólo cubren el ámbito ideo-político; sino que se expanden abarcando territorios físicos, que son disputados a “sangre y fuego” por los protagonistas de la desunión nacional.

En ese juego de ajedrez luciferino en la que se ponen en práctica las habilidades tácticas y estratégicas de los jugadores, en el tablero de la dinámica sociopolítica del país; uno no puede dejar de ver el retrovisor histórico de aquellas dos Alemania, separadas por el Muro de Berlín, la del campo occidental y la del campo oriental; la capitalista “pro imperialista” y la del “socialismo real” o “social-imperialismo soviético”; los “apátridas” y los “patriotas”; los “contra-revolucionarios” y los “revolucionarios”.

En fin da lo mismo en forma y contenido, la misma separación por décadas, la misma desunión nacional…y al final, sin ton ni son, las masas de ciudadanos hastiados por el sufrimiento colectivo y la de poner énfasis en el reencuentro humano por lograr objetivos trascendentes; derrumbaron ese muro infranqueable y el transcurrir de los años se encargaron de sanar las heridas de las divisiones absurdas y, hoy por hoy Alemania es una sola nación, una de las principales potencias del mundo.

Sin exageración alguna, en la Venezuela de hoy, el “apartheid” ideo-político y territorial, por los cuales se acusaba a los “apátridas” del ayer en los predios, por ejemplo del Este de Caracas, hoy los “patriotas rojitos” colocan sus “alambres de púas” del mismo signo, para que sólo ellos puedan visitar y realizar actividades de proselitismo político en las barriadas de la pobreza estructural. Y, progresivamente, con los instrumentos del nazi-fascismo, provenientes de las enseñanzas del Hitler repudiado por todos los países del planeta; se va construyendo un muro gigantesco que separaría, por tiempo indeterminado, a las dos Venezuela en pugna; al símil pues de la Alemania de la “guerra fría”.

Difícil será el camino del reencuentro nacional, pero ¿qué otra opción civilizada tenemos?, la otra, la de profundizar la confrontación al clímax, puede llevarnos hasta el abismo de una “guerra intestina”, que ya sabemos cuando comienza, pero jamás cuando termina.

Debemos pues, con firmeza, atenernos a la sabiduría de Konstantinos Kafavis (1863-1933): “No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni al cólera del airado Poseidón. Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta si tu pensamiento es elevado, si una exquisita emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes y el feroz Poseidón no podrán encontrarte si tú no los llevas por dentro, en tu alma si tu alma no los conjura ante ti”.


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