miércoles, 13 de marzo de 2013

LAS REBELIONES DE LOS POBRES

La visión reduccionista sobre lo que ocurre en Venezuela pudiera hacer pensar en algunos desinformados, que no hace falta detenerse un poco para indagar en los faros históricos que han hecho posible la presencia de movimientos sociales beligerantes en Venezuela; que antagonizan en sus posturas de cambio social, especialmente, a favor de los que menos tienen. El primero, atrincherado en las banderas del “socialismo autocrático” y, el segundo en la defensa de los principios de libertad, democracia, justicia, bienestar y progreso.

Ese gran movimiento social de la “Revolución Francesa”, fue uno de esos volcanes en erupción que reclamó con barricadas en las calles de la Francia del siglo XIX, el foco de atención hacia los descamisados obreros y campesinos. Que gritaban en coro: “Los hombres somos seres iguales y todos tenemos los mismos derechos”. El concepto de libertad y democracia adquirieron así formas modernas –en teoría y praxis social- con reconocimiento universal.

Así mismo, aquellos Movimientos Nacionalistas de la época se encargaron de sumar y cualificar los conceptos de Estado y Nación, que a la luz de varios analistas e intelectuales, se contradecían con el contenido de las banderas enarboladas durante la referida “Revolución Francesa”. Mientras tanto Marx y Engels, en contraparte, asomaron con pasión polémica -la teoría que incendia praderas- con el concepto de la “lucha de clases” por el control del poder político y económico, entre dos clases antagónicas: la burguesía en un extremo y el proletariado (los pobres) en el otro extremo de la estructura social de una sociedad determinada.

Venezuela, por supuesto, ha sido escenario de varios movimientos sociales de envergadura (por ejemplo, el “Caracazo”) protagonizados por esas rebeliones de los pobres sedientos de justicia y derechos sociales. Así bajo esas premisas, en esa dinámica del tiempo y sus contextos; Chávez es “secuestrado” por Fidel que lo nutre de las fuentes del Marxismo-Leninismo y de las mañas para conservar el poder. Consustanciado todo ello con las banderas de redención social hacia los pobres, bajo el amparo de un obsoleto militarismo, que busca su lugar en la historia de convertirse en los sujetos sociales del protagonismo por el poder del Estado y la acumulación de privilegios de toda índole.

Con la muerte de este legendario caudillo no se terminó con el mito de ser asociado cómo “redentor de los pobres”, los cuales continúan sufriendo las calamidades de la pobreza estructural y la cruda vida miserable de todos los días. Pero ahora, atizados por los usurpadores del poder absoluto del Estado centralista y por el régimen cubano, han hecho suyo el concepto de “lucha de clases”, para continuar generando un clima de inestabilidad, odio, divisiones y violencia inútil en el seno de la sociedad venezolana.

¡La gran tarea de los amantes de la democracia y la libertad por construir un país con justicia, igualdad, unión, estado de derecho, progreso y bienestar se ha tornado muy complejo…pero es el gran desafío histórico: hacer de lo imposible lo posible!



No hay comentarios:

Publicar un comentario