domingo, 3 de marzo de 2013

TRABAJADORES Y ESTUDIANTES ROMPEN LOS MUROS DEL SILENCIO

Sí algo tiene de especial tiene el proceso “chavista” es su capacidad para disfrazarse, de utilizar un sinnúmero de máscaras en su rostro, para ocultar el verdadero fondo de su naturaleza social absolutamente reaccionario y fascista. No obstante, lento pero progresiva y sostenidamente dos grandes sujetos sociales de la supuesta “revolución”: la clase trabajadora y los estudiantes, se han encargado de quitarle el disfraz y dejar al desnudo su propósito oscuro, deleznable e inconfesable.

Así, desde hace años, los trabajadores de las Empresas Básicas de Guayana han sido los pioneros en romper los muros del silencio al denunciar y luchar denodadamente contra la pésima gerencia roja-rojita, la corrupción, el clientelismo partidista, la persecución política, el ”terrorismo de estado”, la falta de mantenimiento e inversiones, denegación de derechos laborales y; sobre todo, por reclamar protagonismo en la participación y toma de decisiones en el rumbo de estos emporios industriales venezolanos, hoy dejados a merced de los vientos de la ruina y el desconcierto más abismal. Amén de las luchas frecuentes de los trabajadores de la administración pública por rescatar derechos contractuales conculcados o, por la ampliación de los ya existentes.

El Capitalismo de Estado, atornillado por Chávez y su élite cívico-militar, dejaba así sembrado su verdadero propósito de amasar poder político, institucional y económico a su favor y de las minorías incondicionales, en desmedro de las clases populares. La concepción humanista de la teoría socialista, marcha torcida, entonces, “a paso de vencedores”, hacia el anti-humanismo del Estado opresor, autocrático y “militaroide”. Por eso el “Paquetazo Rojo” anunciado recientemente, encuentra explicación lógica sin causar sorpresas en los analistas, dirigencia social y política disidente. La traición roja a los intereses de pueblo se consumaba sin escrúpulo alguno, con un cinismo brutal.

Ese afán de los amos del poder en Venezuela de colocar siempre por delante el autoritarismo y el verticalismo en todos los asuntos que rigen al Estado y la sociedad, por ejemplo, ante el vació de poder presidencial y la medida del régimen Venecubano de tomar por asalto a la República, en sustitución de Chávez; ha sumado al ya descontento de la masa trabajadora, a ese estrato social rebelde, contestatario y anti-sistema: a los estudiantes. Los cuales vienen contribuyendo extraordinariamente también a romper con esos muros del silencio, que vienen asfixiando los derechos a la libertad y a la prevalencia de un paradigma colectivo democrático y constitucional en el país. Por eso tiene razón el apóstol de la libertad, José Martí: ¡Los derechos no se mendigan, se conquistan! ¡Qué vivan los trabajadores y los estudiantes! ¡A seguir luchando y a vencer!



No hay comentarios:

Publicar un comentario