sábado, 30 de marzo de 2013

¡POR LA PAZ DE LA VIDA!

El verano y la fuerte cuaresma de estos días santos, parecieran contenerse ante la realidad de la naturaleza en las cimas de las montañas del estado Sucre, en el Municipio Andrés Mata, en las cuales se mantienen casi intactos el verdor de vida de la vegetación, riachuelos de agua fresca, la hermosura de las flores y ese cántico florido de los pájaros, con su espectacular plumaje multicolor. Amén de la fuerza de los vientos engendrados en esa inmensidad del Mar Caribe y en las propias entrañas de las montañas, que mecen más allá de su intensidad habitual las ramas de árboles gigantes y pequeños, que durante el día y la noche producen ruidos y silbidos ensordecedores; pero en fina armonía musical con el clima frío y de cosmovisión entrañable del campesino con la madre tierra.

Todas las mañanas y atardeceres, hombres y mujeres de distintas edades del campo, acarician con sus propias manos los pétalos de hermosísimas rosas, gladiolas, amapolas, navidad, calas, malvas y cayenas. Sin dejar jamás de un lado en sus caricias de producción de vida a las matas de cacao, café, naranjas, maíz, aguacate, lechosa, auyama, ají, cambures y plátano; entre otras. En la época de recoger las cosechas la alegría de las familias campesinas no se hace esperar y comparten en ese hermoso intercambio fraternal y solidario, los frutos prodigados por sus manos de trabajo duro y por la sabia naturaleza. Las lecciones de cultura de paz humana, desarrollo sustentable, ética productiva y siembra firme de bienestar y progreso del país; están ahí incólumes y subyacentes en el campo venezolano.

En contraste en las grandes ciudades de esta Venezuela bizarra, el caos, la anomia social, la lucha encarnizada por el poder político, la existencia de un “apartheid” odioso, los enfrentamientos entre mafias disímiles, la corrupción de principios y valores y, la casi ausencia de solidaridad humana colectiva; nos presenta el diagnóstico inocultable de una sociedad muy enferma. Aunque se pretenda maquillar sus males cancerígenos, con las etiquetas mentirosas de que transita por el sendero luminoso de una supuesta “revolución de la felicidad”. El paradigma de un Capitalismo de Estado salvaje, con el iceberg en el rostro de una furibunda “autocracia militarista”; nos rebelan a diario la ausencia progresiva de libertades y derechos ciudadanos. Oxigeno de vida de una auténtica democracia, cuyo sueño de conquista le da continuidad de presente y futuro a las luchas de los héroes independentistas. Jamás habrá paz sin justicia, libertad y democracia auténtica.

En fin…ojalá que las oraciones y el ejemplo ético y moral del nuevo Papa Latinoamericano Francisco, contribuyan a atenuar las crisis nacionales y hasta los “tambores de guerra” que han comenzado a sonar entre las dos Coreas y determinadas potencias mundiales…y esta humilde contribución de ejemplo de vida de los campesinos sucrenses, haga que se reencuentren los lazos de armonía y paz verdadera entre los seres humanos, en especial de los nacionales, para que juntos cómo hermanos, podamos contar por siempre con los frutos de la paz de la vida. ¡Qué así sea!



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