miércoles, 27 de marzo de 2013

¿SE DERRUMBA OTRO MURO ROJO?

La historia registra la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, el cual dividía por razones ideo-políticas a la Alemania de la época: la República Federal Alemana (lado occidental) y la República Democrática Alemana (lado oriental, comunista). El derrumbe de la economía y los graves problemas sociales de la Alemania Oriental hizo indetenible que 3 millones de personas hicieran añicos esa separación estúpida por más de 28 años entre familiares, amigos y vecinos. Decenas de personas murieron en los intentos fallidos por pasar el muro antes de su derrumbe definitivo al enfrentarse a las fuerzas militares que lo custodiaban con celo represivo y de cancerberos. El paradigma del capitalismo y la necesidad primaria del encuentro humano atrajeron con pasión de esperanza el abrazo entre nacionales y por la búsqueda ansiada de progreso y bienestar. Por ello, aquél muro de casi 50 kmts fue derrumbado por las multitudes ante la mirada atónita del mundo.

En 1991 se registra otro hecho histórico asociado al anterior, con el derrumbe definitivo de la URSS y el paradigma del “socialismo real”, al verse obligado a dimitir Gorbachov y dar paso a la independencia de casi 12 Repúblicas agrupadas en este bloque comunista. Gorbachov hizo lo imposible para evitar la caída con propuestas de reformas, pero los deseos de cambio sustancial en materia socio-económica, política y autonomía de las poblaciones, hasta con la sangre derramada de miles y miles de personas de esos países y liberarse del yugo del modelo estalinista soviético; dejaron sin aliento lo inevitable, el derrumbe del muro de la URSS comunista.

En el caso del modelo de la China comunista se presentan particularidades distintas a lo anterior, porque prevalece lo que algunos analistas bautizan como la fusión entre la filosofía milenaria de Confucio, el paradigma marxista-leninista y parámetros del modelo capitalista. Lo cierto es que a partir de la década de los 80, China, ha logrado un impresionante desarrollo económico que la sitúa como gran potencia mundial. Para otros analistas, China ha venido dejando atrás el paradigma comunista y está integrada hoy día cómo socia fundamental del gran engranaje mundial del “sistema capitalista imperial”, para lo cual se reparte geopolíticamente el mundo con los otros socios principales cómo lo son Rusia y EEUU. Ese Muro rojo-rojito, entonces, también se derrumbó.

El otro muro rojo que se quedó pataleando es el de la Cuba del régimen de los Castro. Ahora, sin el apoyo económico del bloque soviético y del pragmatismo chino. Muy grave la problemática socioeconómica que padece la población de esa isla del Caribe. A tal punto que aprendiendo de lo ocurrido en la Rusia Comunista del pasado, adelantó algunas reformas económicas y de cierto impacto para la población al aceptar la “propiedad personal” y promover la salida de miles y miles de personas de la nómina clientelar del Estado y se ocuparan éstas de proveerse de su sustento, mediante el trabajo individual de la tierra y en la área de servicio, por ejemplo.

Su gran proyecto de sobrevivencia para evitar la catástrofe de este “modelo rojo” fue la alianza con el régimen del “chavecismo venezolano” e incluso de un nuevo paradigma denominado “Venecuba”, mediante el cual estos regímenes autocráticos, amparándose en los petrodólares de Venezuela, se presenta como referencia de un “socialismo-comunista” o “Socialismo del Siglo XXI”. Con la explosión de una grave crisis nacional ahora en la propia Venezuela, la cuestión les resulta cuesta arriba para mantener este modelo. Amén de querer, cómo le ocurrió a los bloques ideo-políticos anteriores, mantener la división con este “muro rojo”, entre dos grandes porciones de la población, cuya visión de país son diametralmente opuestos: autocracia vs democracia.

Este muro rojo Venecubano, sin duda, sucumbirá ante las presiones y demandas de la población que desean libertad, democracia, progreso y bienestar. El 14 abril es un gran paso en la búsqueda de este propósito. ¡Capriles Presidente!





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