viernes, 15 de abril de 2011

ENFERMEROS SIN SALUD Y DERECHOS LABORALES

Lo que está ocurriendo con el personal de enfermería adscrito a las nóminas del Estado venezolano debería constituirse en una vergüenza para Esteban y la élite que lo acompaña en el poder, porque él mismo se ufana en cada perorata en “cadena nacional” de representar los genuinos intereses de los trabajadores y de los excluidos socialmente, pero como dice el refrán “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Porque la realidad verdadera es que sucede todo lo contrario: este es un gobierno que, desde hace mucho tiempo, le dio la espalda a los sectores populares y a los trabajadores. Su preocupación es el poder por el poder mismo, para usufructuar de los privilegios que esta encierra y potencia, máxime si hablamos de una nación que cuenta con la bendición de la naturaleza por las riquezas minerales anidado en su subsuelo, especialmente del “oro negro”.

De esta manera estos trabajadores de la salud, que lo único que han hecho es contribuir a garantizar el derecho a la salud de los venezolanos; una porción representativa de éstos han tenido que acudir a medidas extremas, de las tantas formas de lucha social, a través de una la “huelga” de hambre nacional”, “sacarse la sangre” y hasta “coserse la boca” para lograr que los escuchen y concedan exigencias laborales que, por años, se les ha estado negando: un aumento salarial en correspondencia con sus méritos de estudios y antigüedad en el ámbito institucional del sistema sanitario en Venezuela. Así con un salario básico mísero que ronda un poco más de los mil cuatrocientos bolívares fuertes, muy lejos por cierto del promedio de costo mensual de la canasta básica, tenía que llevarlos a tomar las calles y adoptar los métodos de lucha pacíficos más convenientes para el logro de sus objetivos socio-laborales.

Y por el lado la contraparte, la representación del “Estado Rojito Patronal”, hasta ahora su actitud ha sido prácticamente de mantener el mutis, con una u otra reunión o entrevistas entre las partes, pero sin la decisión definitiva desde el más alto nivel, que es sin duda, la del supremo monarca de Miraflores, el cual no afloja la firma para una solución negociada del conflicto. Pero como es sabido por todos actúa, sin ton ni son, cuando se trata de regalar a diestra y siniestra una porción del patrimonio nacional a otros países, con donaciones en miles de dólares a instituciones públicas o a grupos sociales; condonaciones de deudas o aceptación de pagos por este mismo concepto a largo plazo y en condiciones desventajosas para la nación.

Aún cuando se han sentido múltiples expresiones de solidaridad hacia estos trabajadores abnegados de la salud pública, en relación al dilema crucial de todos los seres humanos entre la vida y la muerte; siempre los encontramos en las cabeceras de cualquiera habitación de un hospital o ambulatorio, dándonos la medicina o una palabra de aliento. Ellos requieren -ahora- de nosotros un mayor acompañamiento organizado, especialmente en estos días de asueto de “Semana Santa”, porque ante este gobierno insensible y anti-trabajador se puede esperar cualquier cosa.

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