lunes, 25 de abril de 2011

LA AGONÍA DE LOS ANTICRISTOS O "SALVADORES DEL MUNDO"

Cristo el redentor, el de las sabias enseñanzas hacia la fe y el amor al prójimo, el “salvador de almas” ante la prédicas del mal, el ejemplo testimonial en pro de la paz, armonía y convivencia entre los seres humanos; se ha tenido que enfrentar históricamente, a través de quienes han asumido sus postulados religiosos, a los falsos profetas o a los supuestos “salvadores del mundo”.

No se trata tampoco de ir, con el contenido de este escrito, contra aquellos personajes que registran en la historia un expediente pródigo en hechos demostrables y trascendentes, a favor de los procesos independentistas, bienestar y progreso de naciones y pueblos del mundo. Pero sí dejar al desnudo las ejecutorias de aquellos que han hecho lo contrario, los cuales incluso, han tejido un discurso de aparente amor por sus países o por los pobres; siendo los resultados de sus posturas y gestiones en el poder la de una mayor pobreza, ruina, guerra, conflictos, divisiones, odio y desamor entre naciones y poblaciones mayoritarias, que cándidamente fueron arrastradas más bien hacia los brazos del Lucifer de los infiernos.

En ese devenir de la rueda de la historia nos encontramos con este presente, en esta época que algunos llaman de la postmodernidad, en pleno corazón de las tierras árabes, que permitieron que de sus entrañas, naciera el hijo de Dios; pero que también los hombres de poder de ese período, los de aferrarse a éste a como diera lugar, se encargaron de conducir a ese mismo hijo de Dios a la cruz de la agonía y la muerte, utilizando los métodos más crueles y bárbaros que en esos tiempos se pudiese conocer. Por eso la “Semana Santa”, donde se recuerda ese atroz episodio, pero cuya lección es amalgama de las almas de los hombres en procura del reencuentro con el amor, la fe y la felicidad eterna.

Quizás por ello personajes de ese mundo donde el hijo de Dios cumplió con los extremos de la vida: nacimiento y muerte; los falsos profetas, ciertos dueños del poder, autócratas por definición; son acosados por los Pueblos de Dios en Marcha para que den paso a nuevo amanecer, donde las banderas y postulados de justicia, igualdad, fraternidad, libertad y democracia encuentren el terreno abonado para construir civilizaciones, donde se arraigue el sentimiento del amor verdadero prodigado por Dios.

De este modo ya no sólo es en Túnez, Egipto, Yemen, Siria, Arabia Saudita, Argelia y Libia u otros de ese mundo de la complejidad cultural, histórica y religiosa del mundo árabe, donde se sienten esos tsunamis y terremotos sociopolíticos; sino como un efecto dominó, al parecer, se extenderá por todos los continentes; donde en América Latina los vientos de cambios se aferran a la causa universal del hijo de Dios, dejando en el camino a los falsos profetas o anticristos.

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