lunes, 3 de febrero de 2014

CRECE DESCONTENTO POPULAR CONTRA DESGOBIERNO TIRÁNICO

Quizás una de las mayores paradojas por la cual atraviesa Venezuela en la actualidad es la de que, quiénes llegaron al poder en 1999 enarbolando las banderas de la redención social para los oprimidos ante la pobreza, mayor democracia y un nacionalismo a ultranza; pasado 15 años, los frutos, dado su actuación ¡no de gobernar, sino de desgobernar!, sean todo lo contrario a los ofrecido a los nacionales: pobreza y caos social creciendo silvestre, despotismo “militaroide” asfixiante y una evidente conducta entreguista, por parte de la élite que usurpa el poder absoluto del Estado, al régimen dictatorial castrista-cubano. En consecuencia, razones sobran para que sea la calle, en un proceso auténticamente constituyente de participación ciudadana; el escenario político ideal para que se diriman las contradicciones a favor de conquistar la reinstitucionalización constitucional del país, se enfrente con seriedad a la pobreza, al desastre nacional agobiante y se libere a la República de ataduras extranjeras.

Las últimas medidas económicas de Maduro, el heredero por vía “dedocrática” del fallecido Chávez, es la vitrina al colectivo nacional, de que ha perdido totalmente la brújula, porque sólo se limitado a seguir las instrucciones al pie de la letra de los Castro, quiénes desde hace muchos materializaron el fracaso de su rancio Proyecto del “socialismo real”, cuando se puede observar hoy en cada rincón de esta isla del Caribe, la dramática situación de miseria, ruina y atraso en que sobreviven millones de cubanos, después de 58 años de desgobierno de estos barbudos miserables.

El control absoluto por parte del Estado, tanto en Cuba cómo en Venezuela, hasta de los suspiros de la gente, ha sido la gota que derramó el agua del vaso de esas ansias de libertad intrínseco en cada ser humano. Y que la represión, la cárcel o la muerte inducida, no han podido doblegar a esta disidencia democrática indomable, que en medio de la “sangre y el fuego”, cada día suma a favor de que salga -por fin- ese sol del futuro democrático, de progreso y de bienestar integral para todos. Y cómo dice la poesía de Neruda: “Cuando esté recién lavado el mundo/nacerán otros ojos en el agua/y crecerá sin lágrimas el trigo/

Los llamados a la “unidad nacional y al diálogo” por parte de Maduro, sin duda, responden a una táctica dilatoria para intentar reoxigenarse políticamente, ante el eclipse total de su desgobierno por la carestía de los productos básicos, la inflación agobiante, la inseguridad y violencia por el hampa irrefrenable, los apagones de la electricidad, el desempleo desatado, los pésimos servicios públicos y; porque la corrupción, el derroche y la ineptitud oficial se dan de la mano para proyectar esa imagen dantesca de un desgobierno que cayó en una situación de naufragio, sin que la orilla se vea en el horizonte.

Hasta los propios partidarios rojitos de una porción de la tripulación le gritan ¡basta ya de mentiras! ¡Queremos tierra, tierra, tierra…! O cómo dice Neruda, en otra de sus poesías eternas: “Sed del fuego, abrasadora multitud del estío/que construye un Edén con unas cuantas hojas, /porque la tierra de rostro oscuro no quiere sufrimientos/”


No hay comentarios:

Publicar un comentario