martes, 18 de marzo de 2014

¡MODELO CUBANO NOS ESCLAVIZA A TODOS!

Al parecer al desgobierno de Maduro no le interesa por ahora, un alto en las protestas diarias de los estudiantes y otros sectores disidentes contra la represión y desmanes de sus esbirros armados hasta los dientes con o sin uniforme. Porque el trasfondo de la direccionalidad estratégica del “proceso” es la de profundizar inexorablemente el modelo socio-económico procubano, a todas luces fracasado. Por eso, no es casual en estos días la implementación de la “tarjeta de racionamiento de alimentos” (“libreta”, en Cuba), Ley de las Comunas, para limitar aún más las competencias de Gobernaciones y Alcaldías. O la amenaza cierta del alza del precio de la gasolina para compensar la grave falta de recursos financieros, que cubran y solapen sus dispendiosos gastos administrativos y corruptelas de toda laya, en desmedro de los intereses de las mayorías nacionales.

Así, la “tarjeta de racionamiento de los alimentos” se convertiría en un mecanismo ideal para el control político e ideológico de los ciudadanos por parte del Estado totalitario. O te colocas al servicio del modelo “socialista” o no comes, es el mensaje claro de sus promotores. O votas por los candidatos del proceso en las contiendas electorales entubadas o, tampoco tendrás acceso a los alimentos. Más claro no canta un gallo, para mantener la hegemonía de una sola corriente del pensamiento y aniquilar progresivamente la disidencia organizada de los partidos de la alternativa democrática u otros que tengan presencia regional o nacional con doctrinas diferentes. La conexión listado de votantes del CNE con la data de los beneficiarios de la tarjeta, será la piedra angular para que jamás este desgobierno pierda elecciones, por ese mecanismo por demás tramposo. Este ha sido la experiencia cubana por más de 55 años y el saldo rojo está a la vista de todos: miseria, hambre, represión, ruina y desesperanza.

En intima conexión con la teoría del totalitarismo de Estado, la Ley de las Comunas, despoja sin ton ni son de las competencias constitucionales a gobernaciones y alcaldías, para colocarlas funcionalmente cómo simples adornos o “jarrones chinos”; en el contexto del proyecto de control total hegemónico del castro-madurismo en Venezuela. Los experimentos sociales “marxistoides” de los añejados octogenarios de la Habana, ahora lo ponen en práctica en tierra de Bolívar, a través genuflexos entreguistas de la soberanía nacional personificados en Maduro, Diosdado, Ramírez o un Jaua. Para quienes hay que destruir a “sangre y fuego” el “aparato de Estado burgués” y sustituirlo por el paradigma del Estado “socialista cubanoide”. La pretensión de destruir urbanizaciones de la clase media y alta con el uso de armas de todo calibre en la actualidad, se inscriben en esta locura.

La cultura de la descentralización ganada con tanto esfuerzo socio-político en el país es “barrido” para dar paso progresivamente al centralismo estatal. Las comunas son cómo la hoja de parra que oculta el hecho de ser simples apéndices de los mandatos y estructuras subalternas de la tiranía militarista del régimen Cuba-Venezuela. ¡ El reto colectivo de ahora es derrotar estos planes! ¡Lo estamos logrando con el activismo rebelde en las calles! ¡Triunfaremos tarde o temprano!

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