sábado, 24 de enero de 2015

¡CINISMO!... ¡DICTADURA CONMEMORA DICTADURA!

Sólo una conducta desesperada, cínica y engañosa puede “justificar” semejante aberración contra natura de que una dictadura (la de Maduro y acólitos) conmemoren la fecha aniversario del derrocamiento de otra dictadura (la de Marcos Pérez Jiménez) ocurrida el 23 de Enero de 1958. En efecto, el aparataje mediático monopolizado por esta tiranía, se encargado junto al ejercicio descarado de acciones corruptas con los recursos y bienes del Estado; de realizar costosas movilizaciones de los empleados públicos para “conmemorar” la referida fecha, en la capital de la República venezolana. Mientras las huestes de los cuerpos policiales y militares al servicio exclusivo del régimen, asediaban con las balas de la muerte y la cárcel, a indefensos estudiantes y ciudadanos comunes disidentes en varios rincones del país, que protestaban pacíficamente contra la dictadura roja rojita, la escasez de alimentos y medicinas y, sus reiteradas acciones de abusos de poder.

Dictadura ésta, que en las palabras analíticas, del creador de la Teoría del “Socialismo del Siglo XXI”, Heinz Dieterich, se encuentra atravesando su “Etapa Terminal”, por la grave crisis socio-económica que atraviesa Venezuela y, cuyas dificultades es imposible superarlas; dado a la ineptitud, mediocridad e irresponsabilidad de la actual dirigencia del “proceso” para cambiar de rumbo y salvarlo del naufragio. Una economía en bancarrota y amenaza seria de default económico y político; atenazada por la escasez e inflación desbordada; sucesivas devaluaciones inaguantables; quiebra del aparato productivo nacional; impresionante recesión; bajón de los precios del petróleo y con el fracaso de la gira presidencial por los países árabes, Rusia y China, para conseguir dinero fresco; es obvio que se encamine al precipicio, del nunca volver. El 2016, es la fecha límite de su derrumbe definitivo, sentencia Dieterich, el Ideólogo contratado años atrás por el fallecido “Comandante Supremo” Barinés. Y uno coincide señalando: ni esa desesperada invocación de Maduro a Dios, podrá salvarlo de esa defenestración ansiosamente esperada por el 80% de la población nacional, que no quiere seguir viéndolo ni en pintura.

En las dictaduras las bayonetas no son para sentarse, sí parafraseamos la frase de un ilustre personaje histórico, pero también con éstas (para bien o para mal; sí miramos con cuidado el retrovisor histórico) se puede proporcionar la salida a una situación insostenible en materia sociopolítica y económica (véase la experiencia con el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez por las fuerzas cívico-militares democráticas unidas). Y en nuestro caso nacional, la Constitución establece las directrices para salir pacífica y democráticamente del “holocausto” (renuncia o referéndum revocatorio) de Maduro. He ahí el dilema, a sabiendas de que, en palabras de Dieterich, Maduro se encuentra sin las fuerzas de apoyo de las masas populares, ni de la clase media; no tiene programa ni dirigencia capaz; ni tampoco dinero.

Y término con la poseía de Neruda que nos anima la esperanza en la lucha presente: “ven a ver los cerezos de agua constelada/ y la clave redonda del rápido universo, /ven a tocar el fuego del azul instantáneo, / ven antes de que sus pétalos se consuman”/ “No hay aquí sino luz, cantidades, racimos, /espacio abierto por las virtudes del viento/hasta entregar los últimos secretos de la espuma/”.





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