sábado, 31 de enero de 2015

¡HAMBRUNA Y POBREZA EXTREMA TOCAN LA PUERTA!

Para asombro de todo el planeta Venezuela es el único país petrolero, adónde importantes porciones de la población, ya no pueden obtener por el dinero que reciben (salario y otros conceptos), los alimentos básicos para saciar el hambre y mucho menos costearse las medicinas o, pagar los servicios básicos como electricidad, transporte, salud y educación. Es decir, en términos de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) de cada 100 venezolanos 9,8 ingiere menos de las calorías mínimas para estar bien nutridos. El número de pobres extremos aumentó en 737 mil 364 para ubicarse en 2 millones 791 292 (un salto de 7.1% hasta 9,8%, al comparar las cifras 2013 con 2012). ¡Qué podríamos decir, dice uno, si se comparan las cifras de esos años señalados con el 2014 y en lo que va del 2015! ¡El salto de hambruna y pobreza extrema sería abismal!

En ese mismo orden, la CEPAL, al adentrarse en los estudios por Estados y al compararlos con los datos del INE, se encuentra con que el Estado Sucre lidera las cifras de la jurisdicción en Venezuela con mayor pobreza. De cada 100 personas 55 no pueden cubrir la cesta básica. Luego, le siguen en ese mismo orden en la lista Amazonas, Portuguesa, Monagas y Apure. Con resultados preocupantes en Anzoátegui, Carabobo, Mérida, Falcón y Aragua. De tres estados del país (Apure, Monagas y Sucre), la pobreza extrema era superior a 20% para el cierre de 2013. ¡Somos en este sentido, una verdadera vergüenza para el mundo y, por supuesto, para todos los venezolanos! ¡Un claro e indiscutible indicador de que la rimbombante “revolución bonita es una farsa, un auténtico fraude!

Las colas gigantescas por la escasez de productos básicos y la hiperinflación irrefrenable, son otra clara muestra de que la hambruna y la pobreza extrema se dan de la mano, en una relación entrañable de que la cosa es cada día peor en estas tierras libertarias de Simón Bolívar. Los índices de la inflación en la actualidad están cercanos al 65%, el más alto de toda América Latina y uno de los más altos del mundo. La miseria compensatoria salarial que decreto este desgobierno de Maduro del 15% del salario mínimo, está muy lejos de las cifras inflacionarias señaladas y tampoco muestra capacidad alguna para minimizar las cifras de la hambruna y pobreza extrema en el país. Situación dramática, a lo cual agregamos, el cierre de 256 mil empresas (en los últimos años) por acción u omisión de este desgobierno, a través de sus políticas de expropiaciones, acoso o no entregar los dólares para las importaciones necesarias de materia prima, insumos, equipos y mercancías. La masa laboral de personas desempleadas ahora es evidente y de suma preocupación, porque crecerán aún más las cifras de la referida pobreza y hambruna.

Este desgobierno totalitario por su obsesión ideopolítica y de mantenerse en el poder a toda costa, cobijados en el fracasado modelo cubano, nos lleva más allá del precipicio y caos socio-político. El cambio propuesto es un mandato a la sobrevivencia y conciencia colectiva de un futuro distinto. No podemos eludir nuestra responsabilidad histórica. Tenemos la palabra: sol brillante de progreso o la oscuridad de la tiranía y el atraso sideral. ¡Tú decides! Y Neruda nos los aclara mejor con su bella poesía: “De todas las verdades escogieron el día: / no se ataron con hilos sino con aroma, /y no despedazaron la paz ni las palabras. La dicha es una torre transparente/”


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