lunes, 13 de junio de 2011

ESTEBAN: ENTRE LAS PROMESAS INCUMPLIDAS Y LA DEMAGOGIA

En los corrillos populares se dice que todo político promete y no cumple; por lo tanto lo asocian a las conductas demagógicas y al engaño. No obstante hay sus excepciones, que el pueblo valora por su praxis. Además, la historia registra los hechos de personajes que han brillado como políticos de excepción. De este modo son muchos los que creyeron en las palabras del mandamás de Miraflores. No hay duda, que el susodicho tiene una gran capacidad de seducción con la palabra; tiene una narrativa coherente en el plano de la retórica. No obstante al desmenuzarle el contenido de los discursos con la realidad de las cosas, otro gallo canta. Ahí, entonces, uno se da cuenta del divorcio abismal entre “el dicho y el hecho”. El innombrado aparece así, al desnudo, sin siguiera con la hoja de parra tapándole el género.

Prometió un “socialismo democrático” y la concentración de poder político, institucional, militar, económico y mediático en sus manos raya en lo brutal. Prometió respeto a los opositores y críticos a su gestión; sin embargo los mismos son objeto de medidas injustas de privación de la libertad, acoso, persecución, represión y elaboración de expedientes administrativos amañados.

Prometió respeto de la Constitución de la República en cuanto a la prevalencia de un Estado de derecho, justicia, democrático, participativo y descentralizado. Y por el contrario, viola los preceptos constitucionales a cada instante en pro de sus intereses personalistas y ansias de poder, dejando a otras instancias de los poderes públicos, gobernaciones y alcaldías como simples “jarrones chinos”.

Prometió la defensa a ultranza de la independencia y soberanía nacional; y ahora somos más dependientes de los centros del poder mundial (China, Rusia y EEUU) en materia petrolera, comercio, tecnología, equipamiento militar y deudas contraídas. O de de los intereses geo-ideo-políticos de un gobierno extranjero (Cuba, por ejemplo); al cual el entreguismo es casi absoluto en la toma de las grandes decisiones sobre el rumbo del estado y la sociedad venezolana.

Prometió respeto a la propiedad privada y libertad económica; y las medidas de expropiaciones e intervenciones estatales a empresas y fincas productivas están a la orden del día. Amén de los comercios y conjuntos residenciales. La masa de trabajadores despedidos y desempleados ha crecido a ritmo vertiginoso.
Prometió control de la inflación y el desabastecimiento; y las cifras de inflación son las más altas de América latina y el mundo. Los míseros salarios son “tragados” en tiempo record por este fenómeno incontrolable. Verbigracia el grave desabastecimiento de productos básicos.

Prometió combatir la violencia y a la inseguridad; y este fenómeno tiene azotado a todos los venezolanos, cuya vida no vale nada ante el desbordamiento del hampa. Las cifras de homicidios y por otros delitos contra los ciudadanos, son unas de las más altas del mundo.

Prometió viviendas dignas y decentes para los más pobres; y han pasado 12 años siendo sólo promesas incumplidas. A los pobres, como en los campos de concentración, los ubicaron en refugios, donde el hacinamiento y las carencias de servicios básicos es la norma. La Misión Vivienda es la venta de ilusiones, creación de falsas expectativas y forma parte de las estrategias “electoralistas” del régimen para perpetuarse en el poder.

Prometió servicios públicos en cantidad y calidad. La realidad: los apagones que tienen locos a los venezolanos, la escasez de servicios de agua, las cloacas desbordadas, caos del transporte público y la vialidad destruida.

Prometió y prometió y nada ha cumplido, salvo la paranoia de perpetuarse en el poder hasta que el cuerpo aguante. Basta ya! … requerimos de un cambio cualitativo en el rumbo del país!

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