jueves, 16 de junio de 2011

LOS "SIN TECHOS": REALIDADES Y MENTIRAS

El fenómeno de los “sin techos” no es exclusivo del modelo de estado y sociedad capitalista como solemos escuchar en los discursos de ocasión de personajes simbólicos del otro paradigma, del denominado “socialismo revolucionario”. Este último son los casos de Cuba y Venezuela, cuyos Presidentes jamás pierden la oportunidad de fustigar al “capitalismo”, como culpables intrínsecos o por naturaleza social de este grave problema que afecta a millones y millones de personas.

No obstante la realidad es otra, en la Cuba de Fidel, cuyo proceso “socialista” sobrepasa la barrera de los 50 años, los resultados en esta materia, no son muy halagadores. El déficit es abismal y las unidades habitacionales que existen presentan graves problemas de deterioro en su rostro físico. Pero, el drama humano más grave, es de qué millones de cubanos viven hacinados dependiendo del quehacer del Estado en este asunto o del mercado negro, cuyas vinculaciones con el “Instituto Nacional de Vivienda”, deja en el ambiente de la masa crítica soterrada, el mal sabor de la corrupción.

Quizás, por ello, a partir del 2009, Raúl Castro en un acto oficial de seguimiento a un conjunto residencial de 100 casas donadas a Cuba, por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez; autorizó la construcción de viviendas por cuenta propia, porque el déficit alcanzaba las 600 mil unidades en toda la isla y los planes de construcción del Estado no habían arrojado los resultados esperados.

Aparte de las críticas que se le puede hacer a “Don Regalón”, por las donaciones a diestra y siniestra, a cualquier país que visita con los petrodólares venezolanos; se debe destacar varios elementos comparativos en común de la “Revolución Cubana” con la “Revolución Bolivariana”, en materia de vivienda:

1.-Déficit acumulado de viviendas, que en el caso de Venezuela rebasa los límites de los 3 millones de unidades (cifras parciales del Censo de la “Misión Vivienda”). 2.-Fracaso en los planes de construcción, cuyo promedio anual se estima en 100 mil unidades en Venezuela; y el gobierno de Chávez, apenas el promedio de construcción, ha sido de 25 mil anual, en los 12 años en ejercicio del poder. 3.-La concentración de la atención al problema casi únicamente del Estado, con las particularidades de Venezuela con algunas conexiones puntuales con el sector privado. 4.-La utilización de los planes de construcción con fines ideo-políticos, fortalecimiento del paternalismo de estado y clientelismo partidista. 5.- Las corruptelas con los negocios de la construcción y entrega de las viviendas a los “sin techos”. 6.- Las políticas de expropiaciones de terrenos y construcciones de unidades habitacionales del sector privado, para luego proyectarlas como “construidas en Socialismo”. 7.-En el caso de Cuba las donaciones de Chávez ha sido el “gran negocio”, pero para Venezuela es producto de endeudamientos externos extraordinarios e hipoteca del futuro del país.

Por supuesto, con este escrito no es la pretensión de excluir al “modelo capitalista” de algunas de las lacras señaladas, pero sí la desnudar la realidad que, la retórica “revolucionaria “proveniente de Cuba y Venezuela, pretende ocultar para engañar incautos y desinformados.

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