miércoles, 15 de junio de 2011

UN "APÁTRIDA" QUE SE MUDÓ PARA CUBA

La verdad es que uno debe ser respetuoso de las decisiones de los demás, porque son muchos los venezolanos que cansados ante tanto berrinche social, político y económico han optado por irse del país. Son múltiples las opciones de países seleccionados para probar suerte ante los desafíos de una nueva vida en tierras extranjeras (Panamá, Perú, Chile, Argentina, EEUU, España, Colombia, Brasil, entre otros). ¡Pero a Cuba!...¡Dios!...sólo un auténtico “apátrida” haría eso, porque como dice el dicho, que hoy parafraseo: a veces la lengua es el castigo del cuerpo.

No se trata, por supuesto, de darse “golpes en el pecho” para demostrar un supuesto apasionado “amor por la patria” o de gritar hasta más no poder aquello de “Patria, Socialismo o Muerte”, porque más de uno de esos gritones han echado la “burra pa’ el monte”, dejando el “pelero”, pero con sacos y más sacos de dólares mal habidos como bastimento. Pero, que alguien se mude porque quiere que le curen un “absceso pélvico”, es algo por demás insólito. La medicina venezolana, aunque muchos no lo crean, es de muy avanzada en América Latina, muy superior a la cubana, con la excepción del “ámbito comunitario”, que es justo recocerlo.

Quizás en el fondo, salvando las distancias de un acentuado “nacionalismo”, muchos venezolanos no se calan más los apagones, que ya al decir de los ministros, se legitimaron por secula seculorum, a través de las dietas eléctricas y para colmo acompañado de otro aumento solapado de las tarifas por este pésimo servicio. So pena, dice uno, que lo obliguen a deshacerse hasta de la luz de las velitas, para que se sepa quién gobierna en esta nación de vida bizarra “revolucionaria”. O que, por andar de opositor y disidente, te metan en una de esas cárceles de la muerte y de la profesionalización del delito, para que por fin entiendas, de una vez por todas, que se está en presencia de un gobierno que sí se destapó como genuinamente autocrático, nada envidiable con los regímenes totalitarios conocidos.

¡No!, ¡no!, pero nada de eso la va a pasar al “apátrida” que se mudó para Cuba porque será tratado como un auténtico “Rey”, visitado a cada rato, nada menos que por Fidel y Raúl y toda la élite burocrática del modelo del “Socialismo de Estado” de la isla. Allí no tendrá el fastidio de las protestas sociales diarias de los excluidos de cada rincón del país, ni de los trabajadores de las empresas básicas de Guayana o instituciones del Estado, pisoteados en sus derechos laborales y humanos.

Tampoco tendrá que calarse los “dimes y diretes” en relación a hechos de corrupción de varios de sus allegados incondicionales, ni las peleas internas por el poder entre Diosdado, Jaua o Ramírez; o entre Diosdado y el Gato Briceño en Monagas; o la “afrodescendiente” Antonia y el madamás de Portuguesa; o entre el cuestionado Maestre de Sucre y el boxeador Esparragosa; y pare usted de contar…Además, no tendrá que hacer cola para tener acceso a la leche, aceite, pañales u otros artículos de uso necesario; o para adquirir a precios más allá de las nubes, los productos de la canasta básica…los Castros saben cómo tratar a la “gallina de los huevos de oro” de los pedrodólares venezolanos y, en todo caso, Jaua, religiosamente le remitirá la dieta salarial que le corresponde a un “jerarca saudita”.

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