miércoles, 21 de marzo de 2012

AMOR Y ODIO EN LA POLÍTICA VENEZOLANA

“No te conduelas más, por todo lo que has hecho/ La rosa tiene espinas. Fango las claras fuentes/ Nubes y eclipses ciegan a la Luna y al Sol/ y al botón más tierno mora un tierno gusano/” (William Shakespeare).

Este dilema entre emociones y sentimientos del amor y el odio, ha sido objeto del centro de atención entre filósofos, escritores, poetas y por supuesto de cada ser humano, que en un momento determinado de la vida, ha tenido que enfrentar esta situación ante el ser amado, familiar, amigo, vecino o personaje simbólico, que se reconoce por la influencia de diversos factores psicosociales y culturales.

Por lo tanto, no es casual que en la presente campaña electoral venezolana este dilema dialéctico, sensiblemente humano, sea utilizado como un juego maquiavélico para golpear políticamente al adversario. Tanto es así, que resulta difícil creer a una mera casuística o coincidencia esos nubarrones de odio en contra de Henrique Capriles en Cotiza, Caracas, cuando fue objeto, junto a varios de sus partidarios, de un atentado físico, con disparos y todo por partidarios del gobierno, por militantes reconocidos del Psuv. Más aún, sí en ese escenario fue herido por disparos el hijo del conocido Diputado de Podemos, Ismael García.

Y a los pocos días, el propio Esteban, en una alocución mediática de las ya acostumbradas, sorpresivamente, mostró su preocupación por un supuesto plan magnicida de “grupos radicales fascistas” para atentar en contra de la vida del principal candidato de la disidencia democrática. Una expresión de “amor”, diría uno, hacia la integridad física del mismo personaje que él califico, hace varias semanas, de “cochino” y “candidato de la burguesía apátrida”. Odio y amor; amor y odio; pues, con un claro sentido de manipulación ideo-político y electoralista.

En un contexto, donde todo se cambia, para no cambiar nada, parafraseando el contenido “gatopardiano” de la Italia del ayer; en esas crisis existenciales y de variantes filosóficas ideológicas y políticas de Esteban, hasta descubrir su supuesta identificación con el “marxismo leninismo”; la bandera de la lucha de clases, como categoría esencial, no deja margen de dudas sobre los verdaderos propósitos de “pulverizar” a los opositores, contrarios a su forma de concebir vida, al mundo y la sociedad; en ese abrazo indisoluble con el pensamiento único.

A no ser que, imitando a Don Quijote de la Mancha, en una de sus facetas de la vida en la obra de Miguel de Cervantes, haya fantaseado con la realidad y, ahora, a 13 años en el poder, con la espada de Damocles del cáncer. “El universo por él creado se le escapa de las manos. Su fe empieza a agrietarse. Paulatinamente va dando paso al desengaño…y como las alegorías de Shakespeare, al odio y al amor descubre que, “Nubes y eclipses ciegan a la Luna y al Sol”


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