lunes, 19 de marzo de 2012

“IDEOLOGIZACIÓN” CONTRA CALIDAD DE VIDA

Toda sociedad, independientemente del modelo socio-político prevalente -sea capitalista o socialista- posee una ideología dominante; es decir un conjunto de normas, códigos, valores, sistema de ideas, representaciones y creencias, que se reproducen constantemente y direccionan la conducta cotidiana de los ciudadanos en una sociedad determinada.
La élite de poder que gobierna en el contexto de cada modelo, aplicará las estrategias y mecanismos para el fortalecimiento y ampliación de la susodicha ideología. No obstante, cuando la “ideologización” de los ciudadanos se convierte en la casi única prioridad y hasta una obsesión enfermiza de los actores ideo-políticos, ocurre en parangón, de que los problemas sociales cotidianos no encuentran el canal adecuado para su atención, canalización o solución.

De esta manera las condiciones y calidad de vida de los nacionales pasan a ser secundarios, porque el “oficialismo” permite que, en forma cíclica y recurrente, al símil de la erupción de un volcán, ocurran intensos sacudones sociales ante los gravísimos problemas con el sistema eléctrico, aguas blancas y servidas, seguridad alimentaria, violencia y seguridad personal, vivienda, educación y salud de calidad; vialidad y transporte, seguridad laboral y social o; lo más reciente la contaminación de las aguas para el consumo de la población por derrames petroleros, tóxicos industriales y químicos y aguas servidas.

Las consecuencias de esa excesiva “ideologización” en todos los ámbitos de la sociedad y el Estado; arroja como resultado un descuido terrible en los diversos factores que miden la calidad de vida, bienestar, satisfacción y felicidad de los ciudadanos venezolanos, independientemente de los asomos positivos con las Misiones Sociales, pero que éstas per se no han podido tocar a fondo a la pobreza estructural que permanece inalterable.

Aún cuando el “oficialismo” se vanagloria con los supuestos avances en el cumplimiento de las metas del milenio con la reducción de la pobreza; nadie entiende el por qué el incremento exponencial de las protestas sociales, que a todas luces son por la insatisfacción de los ciudadanos ante en el incumplimiento de las promesas sociales, precisamente con los indicadores de medición aceptados por la ONU. ¿Manipulación o abultamiento de cifras por la parte oficial venezolana?...es, sin duda, un secreto bien guardado en las “bóvedas” de este modelo autocrático que rige, por ahora, los destinos del país.

Lo cierto es que, en las gargantas de las mayorías nacionales retumba con fuerza irrefrenable, el clamor de un cambio cualitativo en el conjunto de la sociedad y el Estado. Amén.



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