domingo, 4 de marzo de 2012

TODO CAMBIA Y NADA CAMBIA…

No sé sí estoy interpretando adecuadamente con el título de este escrito al colega sociólogo y brillante intelectual Rigoberto Lanz, muy afín al proceso “chavecista”, cuando manifiesta públicamente en el Diario Últimas Noticias (4/3/12): “aquí no hay ninguna revolución. Aquí hay…un modesto capitalismo de Estado…Allí hay una asincronía, un corto circuito entre discurso y realidad y es una de las mayores correcciones pendientes…”; pero de todos modos esto forma parte del debate ideo-político en la Venezuela de hoy. Aún cuando con la modestia por delante, junto a varios analistas, esta afirmación de Lanz la hemos venido sosteniendo desde hace mucho tiempo, en mi caso, a través de innumerables artículos de opinión por diversos medios de la red social. De esta manera con el mayor respeto al colega, dado a su bien merecida estatura académica, sólo me resta decirle: “piaste tarde pajarito”.

No obstante, hay que reconocerle al colega la valentía de sus afirmaciones, porque uno puede estar seguro de que la jauría de incondicionales y acríticos al llamado proceso, ya están presto a fusilarle, con el estereotipado remoquete de “traidor” y de “vendido al imperialismo”. Estilo éste impuesto por el “gran timonel”, para descalificar a los que osan expresar sus posturas críticas y desavenencias con lo obvio.

Máxime si Lanz, hurgando en la realidad de la incompetencia de la actual gestión oficial centralista, arguye: “aquí hay problemas globales que sí son adjudicables a una gestión que deja zonas muy oscuras, el tema de la inseguridad, de la inflación, de la ineficiencia, no ya de gobiernos estadales o municipales, sino de ministros y de organismos públicos”. Y remata, poniendo un ejemplo de Guayana, después de 10 años “¿qué podemos mostrar? En Guayana hemos puesto la cagada. Obviamente eso no se le puede atribuir al imperialismo ni a las fuerzas oscuras. Allí ha habido mucha piratería, de improvisación y de acciones erráticas”.

Lo dicho por este intelectual del campo de la Sociología, por supuesto se comparte, pero el ejemplo no sólo lo debe centrar en Guayana; sino que han sido piratas, improvisados y de acciones erráticas en todo, holísticamente. Aún cuando, siendo benevolentes con él, con las misiones sociales, dibujaron al principio, un gobierno progresista. Pero jamás revolucionario, ni socialista.

Por cierto Lanz tan acucioso que es, no dijo ni pío, en relación a la ética y moral revolucionaria ante los horrendos casos de corrupción del régimen, del despilfarro escandaloso, del clientelismo partidista y el paternalismo de estado. Tampoco abrió la boca, para referirse aunque fuese un tantico, de la postura entreguista y antinacional de la élite “chavecista” ante Cuba, China y Rusia.

Quizás, a mi colega sociólogo, parafraseándolo le quedaron muchas materias pendientes, que al decir verdad, viéndolo como conjunto, es la resultante del absoluto fracaso de una gestión y un modelo autocrático de gobernar, que nos recuerda a la visión gatopardiana de “cambiar todo, para no cambiar nada”. Con nuevos actores políticos de corte pluralista, de posturas democráticas, con el manto de la vigente Constitución Nacional y un programa básico de gobierno; nace la esperanza de impulsar nuevos cambios que pongan el acento en mejorar las condiciones y calidad de vida de todos los ciudadanos. Eso sí no dejando cuestiones sustanciales pendientes.

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