sábado, 17 de marzo de 2012

CUIDANDO EL "EXCREMENTO DEL DIABLO"

Aún cuando el título de este escrito podría resultar una herejía para algunos, pero cómo tienen conocimiento los entendidos en materia política-petrolera, la frase “El Excremento del Diablo”, fue utilizado por primera vez, hace varias décadas, por ese apóstol de la decencia pública y padre de la OPEP, el ilustre venezolano, Juan Pablo Pérez Alfonzo.

La intención del contenido de esa frase fue la de impactar en la conciencia nacional, especialmente en las élites gobernantes, para que tuviesen una sana e impoluta administración de la riqueza petrolera, evitando con ello desatar los demonios del derroche y la corrupción o; mucho más grave evitar que Venezuela perdiera oportunidades históricas, como lo dijo otro ilustre venezolano, Arturo Uslar Pietri, quien convocaba con vehemencia patriótica a “sembrar el petróleo”, diversificando la economía e impulsando paralelamente el desarrollo integral de la nación.

Las voces sabias de estos insignes nacionales fueron desoídas, cuando tirios y troyanos del ayer y del hoy se negaron o se hicieron los locos en pro de impulsar una administración con perfil ético y uso racional de la riqueza petrolera. Así, en el presente estamos pagando los platos ratos de esos desatinos, cuyos indicadores están a la vista de todos con la presencia inocultable de la pobreza estructural y la miseria en cada ciudad, pueblo o comunidad de Venezuela. Y sus consecuencias aparecen en el rostro inocultable de las calamidades socio-económicos que sufren los nacionales en materia de violencia e inseguridad, inflación y escasez; desempleo, pésimos servicios públicos, déficit de viviendas; educación y salud de poca calidad.

En razón de lo anterior, los ciudadanos, estamos obligados a cuidar de nuestra riqueza petrolera, como instrumento básico para poder salir del foso del atraso y la pobreza, acogiéndonos por supuesto a esa visión trascendente de desarrollo sostenible con la “siembra del petróleo”, diversificando a la economía nacional y, en paralelo ir generando fuentes diversas de bienestar colectivo.

En contraste, está el interés de un “modesto capitalismo de Estado” (calificado así por Rigoberto Lanz) donde la boliburguesía, la élite del poder del Estado, las transnacionales petroleras y gobiernos extranjeros amasan capitales y ganancias, apoderándose de la plusvalía de la masa trabajadora; al hacer uso desmedido e irracional de esa riqueza inmensa que constituye el “excremento del diablo”. De esta manera, la figura de las “empresas mixtas”, se constituyen en la máscara ideal seleccionada y concertada entre los actores estratégicos mencionados, a los fines del desarrollo de los grandes negocios discrecionales en esta materia.

A tal punto que, recientemente, quizás para tapar huecos financieros y obtener “dinero fresco” (entiéndase campaña electoral para los comicios presidenciales de octubre de este año) el Gobierno cedió con una tranquilidad pasmosa la disminución de sus acciones y ganancias, al transferirlo a los socios extranjeros y abrir claramente un proceso de privatización progresiva de PDVSA. El “Excremento del Diablo” deja así su secuela o sello misterioso de que, hasta los más conspicuos “revolucionarios antiimperialistas y anticapitalistas” se rinden a sus pies.


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